El tema de desarrollo mental y aprendizaje depende de varios elementos como una adecuada nutrición y estimulación. La función cognitiva del ser humano es el resultado de una interacción de factores genéticos y ambientales, además de la nutrición, que tiene el potencial de ser el factor esencial en el desarrollo cerebral, particularmente durante la infancia y como sustento para el resto de la vida.
Para tratar el proceso cognitivo y de aprendizaje, debemos enfocarnos en lo alimentario; es decir, en la materia prima adecuada e indispensable para el desarrollo de cualquier ser viviente y más del ser humano que en los primeros cinco años desarrolla sus capacidades intelectuales y físicas. Para ello debemos mencionar a los llamados neuro nutrientes que incluyen las proteínas minerales esenciales, el DHA, EPA, la MFGM, necesarias para los infantes y los niños; también colina, folatos y vitaminas A y B, qué forman parte de las estructuras del cerebro para su buen funcionamiento neuronal, ya que permiten el desarrollo y la formación de la sinapsis, algo fundamental para el desarrollo mental, pues son parte de las enzimas implicadas en los múltiples procesos metabólicos.
Cabe mencionar que estos elementos y moléculas intervienen en el desarrollo visual, así como aspectos cognitivos relacionados con la memoria y el aprendizaje vía comunicación entre neuronas. Esta función cognitiva incorpora los múltiples procesos relacionados con el pensamiento e incluyen la memoria, el desarrollo del lenguaje, el razonamiento, la resolución de problemas y toma de decisiones. El microbiota tiene rol fundamental en el desarrollo del cerebro, pues sus estudios han demostrado que existe una interacción entre el intestino y el cerebro, a través de las vías inmunológicas, endocrinas y neuronales. Una alimentación adecuada es importante en todas las etapas de la vida del ser humano como ingrediente integral del proceso cognitivo. Por ello un adecuado programa de alimentación infantil y escolar debe ser parte integral de la política pública del Estado, independiente del gobierno de turno.
La educación es la clave del desarrollo individual del ser humano y de la sociedad, por lo tanto, hemos de aportar desde cualquier espacio para que sea de la mejor calidad y que llegue a todas las personas por igual. Superaremos la pobreza, la explotación, la corrupción y demás lacras sociales solo cuando la humanidad logre un nivel de análisis que le haga entender las causas y las consecuencias de lo que ocurre en la vida. Así podremos buscar y encontrar alternativas y soluciones positivas y lógicas para convivir civilizadamente.
Para mejorar y progresar debemos enfocarnos en lo positivo y descartar lo destructivo. ¿Qué persona y qué país no enfrentan dificultades? Aún estamos en un nivel de conciencia, educación y formación muy precario; debemos avanzar de forma acelerada para disminuir la brecha de desarrollo y no quedar rezagados de la transformación social y económica mundial, incesante y acelerada.
La única opción es un mundo de gente educada en humanidades y ciencias, bien formada en principios y valores humanos, con capacidad de análisis crítico, que pueda desarrollar su potencial intelectual y espiritual para comprender y discernir el porqué de las causas y efectos y crear condiciones favorables para progresar y vivir mejor. Somos más que simples seres físicos, la educación trae el poder de las palabras. Las palabras nos pueden levantar, modificar el comportamiento y percepciones, y son la expresión de nuestro espíritu, que es el verdadero poder.