Bagdad, Reuters
Dos explosiones de bomba causaron la muerte el viernes de 42 personas y dejaron 65 heridos en la provincia sunita de Diyala en Iraq, resaltando las tensiones poco antes de la divulgación de los resultados preliminares de las elecciones legislativas del 7 de marzo.
Un coche bomba y una bomba al borde del camino estallaron en la localidad de Khalis, unos 80 kilómetros al norte de Bagdad, dijo la policía.
El Alto Consejo Electoral Independiente de Iraq (IHEC por sus siglas en inglés) dijo más tarde el viernes que la alianza del político secular Iyad Allawi obtuvo la mayoría de escaños en las elecciones parlamentarias, mientras el bloque del primer ministro Nuri al-Maliki quedó en segundo lugar por una estrecha diferencia.
El bloque Iraqiya de Allawi obtuvo 91 escaños legislativos y la alianza Estado de la Ley de Maliki le siguió de cerca con 89 asientos. Las cifras indicaron que Maliki posee apoyo en la étnica y religiosamente diversa Bagdad y en las provincias mayormente chiitas del sur, mientras que Allawi concentra apoyo en el norte y occidente dominados por sunitas, aunque es un político secular. Maliki reiteró después de que no aceptaría los resultados.
Las tensiones opacaron posibles negociaciones decisivas sobre la formación del próximo Gobierno. El último gran brote de violencia sectaria en Iraq estalló cuando los políticos se demoraron más de cinco meses en acordar un nuevo Gobierno, luego de la votación legislativa en el 2005.
El derramamiento de sangre dejó decenas de miles de muertos. Un funcionario electoral dijo que los mayores bloques políticos, Estado de la Ley y la coalición Iraqiya, terminarían con uno o dos escaños de diferencia en el Parlamento.
Previamente, cientos de seguidores de Maliki se reunieron en el edificio de la gobernación provincial de Bagdad para reforzar la demanda del primer ministro por un recuento de votos. Los manifestantes ondeaban banderas que decían “No, no al fraude” y “¿A dónde se fueron sus voces?”.
Todos los grandes partidos han denunciado irregularidades en las elecciones. Pero Maliki y sus partidarios han sido los más abiertos, dado que los últimos resultados pusieron al bloque de Allawi a la cabeza de la contienda. “Condenamos el trabajo del IHEC y los casos de fraude que han ocurrido para el beneficio de la lista Iraqiya”, dijo el manifestante Arkan Shahab, de 47 años.
“El proceso de fraude que ha ocurrido abiertamente y la abolición de la voluntad del pueblo iraquí tendrá severas consecuencias para los perpetradores”, agregó.
Diplomáticos y analistas han expresado su preocupación por la posibilidad de un nuevo brote de violencia si los partidos perdedores no aceptan los resultados. Los niveles de violencia han caído dramáticamente en los últimos dos años, pero los asaltos de insurgentes sunitas ocurren diariamente.
El mayor general Qassim al-Moussawi, portavoz de seguridad de Bagdad, dijo previamente que sus fuerzas no impondrían un toque de queda, pero que están listas para cualquier señal de turbulencia tras la publicación de los resultados. “Tenemos un fuerte despliegue de tropas en todas las áreas, puntos de control, para dar seguridad a las personas y abordar sus preocupaciones”, dijo.