Redacciones Quito y GuayaquilLos articulistas y columnistas de El Telégrafo están preocupados por el futuro del medio. Ayer, en Quito, 16 de ellos se reunieron con Carol Murillo, subdirectora, para analizar lo que ocurrirá en el periódico, especialmente con su política editorial.El encuentro ocurrió al mediodía de ayer en las instalaciones del diario, en el norte de Quito. Duró, aproximadamente, dos horas. El resultado se mantiene en reserva, pero se descartó que, por ahora, se produzca una salida masiva de la plana editorial.
El nuevo directorLa carrera de Máximo García se inició en 1991. Como reportero ha estado en los diarios Expreso, El Universo y la revista Vistazo. También fue editor general de El Telégrafo, antes de que pasara a manos del Estado. Igual cargo desempeñó en diario Extra.Desarrolló proyectos propios al publicar la revista La Brava, desde 2007, en Manabí. Ejerció la docencia en la Universidad Laica y otros centros superiores. En las últimas elecciones, dirigió la campaña de Mariano Zambrano, en Manabí.
Sin embargo, se sugirió publicar un comunicado de prensa en defensa de los medios estatales, para que no sean afectados por las decisiones gubernamentales. Hace un mes, difundieron un comunicado en el mismo sentido. El equipo periodístico de Quito también tenía previsto conversar con Murillo. La cita era a las 18:00, pero hasta el cierre de esta edición, 18:30, no se concretaba.En la mañana, los encargados en Quito de este periódico dijeron que la estabilidad laboral estaba confirmada y que la creación de nuevos productos periodísticos tiene la intención de apuntalar las finanzas de El Telégrafo.Mientras tanto, en Guayaquil la situación seguía tensa. Más aún cuando se conoció que Fausto Lara, editor de Economía, fue despedido. A más de Montoya, ya no están David Sosa ni Mariuxi León. Ambos eran editores. No se descartan más salidas. En este momento, y por decisión del Directorio, Máximo García es el director encargado del medio. Desde enero pasado, junto a José Orús, estaba al frente del proyecto que tiene el Gobierno para editar un periódico popular, tipo tabloide. Para ello, se utilizarán las instalaciones y presupuesto de El Telégrafo.Jorge Glas, ministro de Telecomunicaciones, dio declaraciones al medio oficialista El Ciudadano. Al referirse al despido de Rubén Montoya, dijo que él mantenía una oposición ilógica frente a las decisiones administrativas que la Junta de Accionistas había adoptado. “No pudo congeniar en temas que eran administrativos y que nada tienen que ver con el Director del diario, que tiene que manejar temas de línea editorial… Una cosa es la empresa El Telégrafo SA, y otra cosa el periódico El Telégrafo que, en este caso, tienen el mismo nombre…”.El Ministro reiteró que las últimas decisiones administrativas son para optimizar los recursos de la empresa y lograr un equilibrio operacional.El Ministerio de Telecomunicaciones es dueño del 99% de las acciones del diario. Por ello, la Junta de Accionistas está encabezada por el titular de esa Cartera.