El Ministerio de Ambiente de Ecuador se pronunció sobre si acogerá la donación de hipopótamos que plantea Colombia.
La propuesta se conoció luego de declaraciones de las autoridades de ese país en las que se decía que se evalúa el envío a territorio ecuatoriano de dos hipopótamos que nacieron en el centro del vecino del norte.
Cuatro de estos animales fueron importados a Colombia por el narcotraficante Pablo Escobar en 1984 para su hacienda Nápoles.
En un grupo de prensa con medios nacionales, la Cartera de Estado dijo este 3 de marzo de 2023 que “no ha realizado ninguna solicitud al Estado colombiano para la donación o importación de hipopótamos”,
El Gobierno ecuatoriano también aclaró sobre la acogida en otros centros de cuidado animal. “Tampoco ha emitido ninguna autorización administrativa dirigida a los centros de conservación ex-situ, como zoológicos o centros de rescate que estén interesados en albergar a estos animales”.
El Ministerio respondía así a las consultas sobre el anuncio realizado por el jefe de la Oficina de Gestión de Biodiversidad de la Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare de Colombia (Cornare), David Echeverry.
El funcionario dijo la agencia EFE que se estaban “haciendo los contactos respectivos” para “la posible salida de hipopótamos” de Colombia y con los países receptores.
“En India nos han dicho que pueden recibir hasta 60 hipopótamos, en México tienen una capacidad de recibir hasta 10 y Ecuador ha manifestado la posibilidad de recibir dos hipopótamos“, aseguró.
Sin embargo, esta información era desconocida por las autoridades ecuatorianas.
Hipopótamos, un peligro
En el apogeo de su imperio criminal, Escobar construyó un zoológico en su Hacienda Nápoles, de casi 3 000 hectáreas, ubicada en Puerto Triunfo, en el departamento de Antioquia.
Luego de su muerte en 1993, y con el fin de su cartel de las drogas, los animales del zoológico de Escobar quedaron sin control en un entorno que no era el suyo.
Los hipopótamos encontraron en las planicies del Magdalena Medio un nuevo hogar al que rápidamente se acostumbraron por las condiciones favorables del terreno, regado por las aguas del río Magdalena, el principal de Colombia.
Los exóticos paquidermos se convirtieron con el tiempo en un peligro para la fauna, la flora y los campesinos de la región. Uno de ellos sufrió graves heridas al ser atacado en 2020 cuando fumigaba un potrero.
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