En el lobby del Hotel Quito, Ana Galarza disfrutaba de la vista de la ciudad desde una gran ventana. Era una de las pocas candidatas que aprovechó, descansando, la mañana libre que les dieron.
Desde que entró al certamen, empezó a prepararse en Ambato. En enero se unió al grupo de hasta entonces 17 candidatas.
A fines de enero, María José Delgado renunció por problemas de salud. Todo siguió su curso hasta que la semana pasada, Karla Andrade, de Pichincha, renunció por “motivos personales”. Ya el año pasado dejó el certamen tras sufrir un accidente.
Algunas de sus compañeras recuerdan incidentes desagradables antes de su renuncia.
María del Carmen de Aguayo, directora de Organización Miss Ecuador, mantiene distancia con la polémica. Sin embargo se siente golpeada por lo ocurrido.
Esto, “porque durante seis años no hubo una nota salida de tono y este año sí ha pasado. He rendido cuentas del trabajo realizado. De lo que haya sucedido con las chicas cuando han estado a cargo de otro departamento, no tengo nada que decir”.
Aguayo dice que el miércoles pasado se reunió con el gerente de Gama TV, Enrique Arosemena, para definir detalles. Ella pidió que a diferencia de otros años, la selección de nombres fuera responsabilidad del canal. Desde el inicio hubo cambios. Aguayo explica que se trabajaba con la productora Satre. Luego se anunció que estaría a cargo de Gama. “El canal tiene su derecho de escoger la producción con que desea trabajar. Si ha invertido en el recurso humano y material debe usarlo”.
Otro inconveniente fue el tiempo para la Ruta de la Belleza, un espacio en el que las candidatas recorrieron provincias del país. Aguayo cuenta que esto se hacía en cuatro o cinco semanas. Pero esta vez solo fueron 12 días.
Además, los problemas con diseñadores trascendieron en los últimos días. Uno de los casos es el de Aracelly de Buco, cuyos trajes de baño ya no serán utilizados. Pero las chicas ya no quieren hablar de los malos ratos. Se han enfocado en disfrutar de sus últimos días como candidatas.
Un ejemplo son Lady Mina y Priscila Matamoros, de Guayas, quienes ayer fueron de compras en su día libre para completar lo que necesitan para la gala.
Cynthia Espíndola, en cambio, extrañaba leer. En su cuarto del hotel tenía libros que trajo para sus ratos libres. Fueron tan pocos, que al final solo alcanzó a hojearlos y luego leyó el periódico.
La peluquería fue el destino que eligió María José Zambrano, de Manabí. Retocó su cabello y así combatió la tristeza porque ya llega el final del concurso.
La ansiedad dominaba a Liseth Cedeño, quien prefirió quedarse en su habitación y practicar frente al espejo con los zapatos que usará el jueves. Luego las chicas fueron a almorzar, sin desmandarse. Tenían un rato más antes de ir a un ensayo.
Ana Galarza seguía tranquila. Aunque está emocionada porque se acerca la gran noche, tiene clara una cosa: “Para ser reina no necesitas la corona. Basta con que tú te sientas una reina”.