Dos carpas, levantadas con plásticos negros y ramas, son el hogar de 235 habitantes de El Baboso.
Las 51 familias de esta comunidad indígena awa, de la parroquia Tobar Donoso, en el noroccidente del Carchi, abandonaron el pueblo. Lo hicieron por temor a los deslizamiento de tierras.
fakeFCKRemove“La tierra y las piedras que se desprenden de la montaña cada vez que llueve duro destruyen nuestras casas”, dice, con voz leve, Guillermo Taicuz.
El campesino, de 51 años, fue uno de los que abandonó el pueblo, ubicado en las faldas de una loma. Para llegar hay que caminar dos horas y media desde la parroquia Lita, en Imbabura.
Taicuz también recuerda que el invierno del 2009 fue uno de los más intensos. “Se desplomó el puente peatonal sobre el río Mira”. Por esa razón, la comunidad El Baboso quedó incomunicada durante tres semanas.
Ahora, el puente de 25 metros de hormigón armado ya está listo. Lo construyó el Consejo Provincial del Carchi. Al momento, varios tractores y volquetas están abriendo y lastrando un camino de 4 km, que llegará hasta la comunidad indígena.
El lugar donde se instaló el albergue es un sitio despejado, en medio de un bosque de grandes árboles y ríos caudalosos.
Allí, los niños awa juegan y corretean por el piso de tierra, mientras las mujeres cocinan plátanos en fogones de leña. Bajo la carpa de plástico, distribuida en pequeños espacios para cada familia, se tendieron colchones de una plaza, junto al sitio donde se almacenan las raciones alimenticias que recibieron.
Para cocinar, las mujeres se abastecen de agua en una vertiente, ubicada a 30 m del albergue. Algunas llevaron sus gallinas para prepararlas, cuando se terminen las raciones alimenticias que les entregó el Gobierno.
Efrén Benavides, gobernador de Carchi y presidente del COE provincial, informó que el Municipio de Tulcán (jurisdicción a la cual pertenece la comunidad El Baboso) está negociando la compra de 10 hectáreas de terreno.
“El Municipio entregará los títulos de propiedad para que los beneficiarios puedan gestionar el Bono de la Vivienda”.
A Guillermo Taicuz le pareció una interesante propuesta, pero tiene sus dudas. “Ese pedido lo hicimos en febrero del año pasado, las autoridades estuvieron de acuerdo, pero hasta ahora no lo han concretado”, asegura.
Para las autoridades del Carchi, la reubicación de la comunidad de El Baboso es una prioridad. Así lo acordaron la semana pasada en una asamblea del COE, donde se hizo público el mapa de riesgos de la provincia.
De acuerdo con los estudios técnicos, las localidades de Monte Olivo (cantón Bolívar), Maldonado y El Baboso (cantón Tulcán) deben ser reubicadas con urgencia, porque se encuentran sobre fallas geológicas.
En las mañanas, los hombre regresan a las parcelas, junto al pueblo ahora deshabitado, donde cultivan plátano, naranjilla, maíz y yuca. La cosecha sirve para el consumo familiar.
Al mediodía, los campesinos regresan al albergue. “Afortunadamente nadie se ha enfermado, a pesar de que hay una seria amenaza de dengue por la falta de servicios básicos”, asegura Guillermo Cantincuz.
Los enfermos tienen que caminar a pie dos horas y media hasta el Subcentro de Lita (Imbabura), que es el más cercano.
Los awa cuentan más de una historia de personas que murieron con la dolencia en el trayecto. “Históricamente hemos sido abandonados”, dice Cantincuz.
En la noche, el plástico negro es lo único que separa a los indígenas awa del bosque nativo.
Cantincuz y Taicuz duermen con el machete en la cabecera. Ellos están listos para reaccionar en caso de que aparezca una serpiente. Las picaduras de estos animales es una de las principales causas por las que van al hospital.