Para mí, la libertad significa no vivir esclavizado en nuestro propio país. Es decir, tener las condiciones mínimas para gozar de una vida sin necesidades ni complicaciones, sobre todo en el factor económico.
En la vida privada los seres humanos debemos independizarnos y no necesitar de otras personas. Solo cuando podamos valernos por nuestra cuenta podremos decir que somos libres.
En el deporte se necesita apoyo. Solo el deportista con ayuda económica puede continuar con los entrenamientos.
Cuando no se tiene apoyo, ni de las federaciones ni de la empresa privada, el atleta es esclavo y no puede continuar.
En mi caso, sí tengo ayuda de mi federación. Por eso puedo seguir con mis entrenamientos y puedo competir.
Cuando represento a Ecuador me siento libre. Antes de participar me encomiendo a Dios y trato de saltar lo más largo que pueda. En esos momentos siento satisfacción por representar a mi país y soy una persona libre.