James Cameron regresa a Pandora desafiando los límites de la actuación y las fronteras tecnológicas de lo que se creía posible en ‘Avatar: el camino del agua’. La cinta llegó a las salas de cine de Ecuador desde el 15 de diciembre.
La película de fantasía, acción y aventura acaba de ser nominada a los Golden Globes 2023 en las categorías de Mejor película de drama y Mejor director.
Dirigida por James Cameron, la película está protagonizada por Sam Worthington, Zoe Saldaña, Sigourney Weaver, Stephen Lang, Kate Winslet, entre otros.
Ambientada más de una década después de los sucesos que tuvieron lugar en la primera película, ‘Avatar: el camino del agua’ narra la historia de la familia Sully (Jake, Neytiri y sus hijos), el peligro que los persigue, los esfuerzos que hacen para mantenerse a salvo, las batallas que libran para seguir con vida, y las tragedias que sobrellevan.
La nueva película cuenta una historia independiente a la de ‘Avatar’ y expande ese universo fantástico que llegó a la pantalla grande en 2009.
En ese año y con la experiencia de ambiciosas producciones como ‘Titanic’, ‘Aliens’ o ‘Terminator’, Cameron hizo una película de acción en vivo que transformó la captura de movimiento en captura de rendimiento y llevó la tecnología de efectos visuales a una nueva frontera.
La vara del espectáculo visual quedó muy alta y para la secuela Cameron tenía en frente, el desafío de idear metodologías y nuevas tecnologías que permitieran crear personajes aún más expresivos y atractivos en la pantalla.
Cameron da el siguiente paso cuando decide incursionar en la captura de movimiento bajo el agua, abriendo un nuevo campo en el uso de la tecnología para la narración cinematográfica.
Obligados a huir, los Sully se encuentran con el clan Metkayina, una comunidad presentada por primera vez que habita en estrecha conexión con el agua, donde encuentran refugio.
La captura de movimiento evoluciona
En 2009, James Cameron y su equipo rodaron ‘Avatar’ utilizando la revolucionaria técnica de captura de actuación facial basado en la imagen para dar vida de la forma más real a los personajes generados por computadora.
Para eso se desarrolló un nuevo sistema llamado head-rig, utilizando una cámara montada en la cabeza de los actores para registrar con precisión los matices más pequeños de sus actuaciones faciales, incluyendo el movimiento de los ojos, que no se había logrado con los sistemas anteriores.
Esa información era procesada por el equipo de efectos visuales, quienes desarrollaron la tecnología necesaria para lograr que los personajes generados por computadora se emocionaran exactamente como los actores cuya interpretación estaban reflejando.
Para ‘Avatar: el camino del agua’ y sus secuelas, el sistema anterior se reemplazó por dos cámaras de alta definición diseñadas para registrar la actuación con más fidelidad y mayor sutileza.
“Lo que esencialmente registramos fue un volumen para el agua y un volumen separado para el aire“, explica el director. En posproducción, la computadora integró esos registros en una transición sutil y realista.
El escenario acuático
“La clave era poder filmar bajo el agua y en la superficie del agua para que la gente se viera nadando, saliendo del agua y buceando como debe ser. Se ve real porque la captura de movimiento fue real. Y la emoción fue real”, cuenta Cameron.
Para lograrlo, se construyó un tanque gigantesco que contenía mil metros cúbicos de agua y funcionaba como el escenario subacuático de captura de actuación.
“Podíamos hacer olas que rompían en la orilla y hacer que la gente saliera del agua mientras le rompían las olas encima. Podíamos generar interacción entre las olas, las criaturas y la gente que salía a la superficie”, describe el realizador.
Pero hubo un problema: la tecnología de captura de actuación solo funcionaría bajo el agua si esta era completamente cristalina.
Esto significó que los camarógrafos no podían usar equipos de buceo mientras filmaban, porque generan burbujas, que confundían al sistema de captura.
Ese inconveniente llevó a todos a tener que contener la respiración en el tanque, incluyendo los técnicos de iluminación, los operadores de las cámaras y los actores.
Luces, cámara y acción bajo el agua
La captura de actuación para ‘Avatar: el camino del agua’ y parte de sus secuelas comenzó en septiembre de 2017 y duró 18 meses.
Para que el elenco pudiera actuar bajo el agua el equipo acudió a Kirk Krack, especialista en buceo libre, basado en la suspensión voluntaria de la respiración dentro del agua mientras se recorren largas distancias o se desciende grandes profundidades.
Cameron asegura que todos en el elenco resultaron grandes buceadores libres, especialmente la actriz Kate Winslet, quien interpreta a Ronal, la matriarca chamánica del clan Metkayina.
“A Kate le encantó la libertad de poder expresarse bajo el agua. Podía contener la respiración durante como 7 minutos 20 segundos. Yo hago buceo libre desde hace 50 años, y creo que la mayor cantidad de tiempo que pude contener la respiración fueron 5 minutos y medio”, cuenta el director.
Con la filmación de actuaciones concluida, Cameron y el equipo de montaje emplearon una cámara virtual, que recrea el escenario y a los personajes digitales y permite que el director filme las escenas como si estuviera filmando en una locación o en un set de Hollywood.
Esa combinación de acción en vivo e imágenes generadas por computadora, además de la iluminación interactiva, todo registrado en 3D de alto rango dinámico a 48 cuadros por segundo, crea una experiencia inmersiva única para el espectador y marca un hito en el desarrollo de la industria cinematográfica.
“Estas herramientas se vuelven increíblemente importantes para la industria de los efectos en general”, dice Cameron.
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