Quince karatecas sudorosos estiraban sus cuerpos sobre la superficie del tatami (estera colocada en el suelo para las peleas). Su elasticidad era excelente. Esteban Espinoza, por ejemplo, hundía su cabeza a la altura de sus rodillas. Lo ayudaba Franklin Mina, fibroso deportista de corte de pelo al estilo mohicano.
Al mirar la escena, los demás compañeros dejaron de estirar y bromeaban. “Huy, ten cuidado con ese estiramiento. Por ahí te estiran demás”, decía uno de los karatecas desde el fondo y las sonrisas se multiplicaban. El ambiente era distendido y la complicidad reinaba.
fakeFCKRemoveDe pronto, el entrenador Luis Valdivieso, a quien todos llaman respetuosamente ‘Senséi’, pidió silencio y la completa atención del grupo de karatecas.
“Visualice este escenario”, decía mientras señalaba con su mano derecha las gradas vacías del coliseo Rumiñahui. “Piense en la paliza que le va a dar a su competidor, en la gente que les va a venir a ver. Somos locales, tenemos que hacernos sentir”, decía y los deportistas asentían.
Era la noche del martes 11 de mayo y la práctica de la Selección de karate terminaba. El ensayo era el penúltimo del equipo antes de su debut en el Panamericano Sénior.
El torneo comienza hoy, a las 09:00, en el Rumiñahui y participan 19 países de Norte, Centro y Sudamérica. El Panamericano se realizará hasta el sábado.
Valdivieso , que vestía su kimono blanco y usaba sandalias, continuaba con su arenga. “Hoy, cuando vayan a dormir, háganlo con la tranquilidad de que han dado todo”. Las palabras del ‘Senséi’ tenían efecto en sus deportistas, quienes se levantaron felices e hicieron un grito: “¡Ecuador, Ecuador campeón!”.
La Selección afronta la competencia con un equipo con 27 deportistas. 23 de ellos compiten en la categoría kumite (combate) y cuatro en kata (una serie de movimientos de defensa y ataque en donde se juzga la velocidad y la precisión del karateca).
Diecinueve deportistas trabajaron en la capital(15 en kumite y cuatro en kata), mientras ocho lo hicieron en Guayaquil. Ayer estos últimos se integraron al resto del equipo en la concentración en el Hotel Tambo Real.
El ‘reclutamiento’ en el hotel comenzó el lunes 10, pero las jornadas de entrenamiento se iniciaron hace dos meses. Mina, que es una de las mayores esperanzas de medallas, dijo que las prácticas se realizaban tres días a la semana en dos jornadas: de 04:00 a 06:00 y de 17:00 a 19:30. Primero en el coliseo de karate y desde esta semana en el coliseo Rumiñahui.
¿Por qué entrenarse en la madrugada? El ‘Senséi’ Valdivieso tenía la respuesta: “La mayoría de los deportistas estudia. Entrenamos en la madrugada y después ellos van a sus estudios y en la tarde nos reencontramos para volver a practicar”.
Mina es de los pocos que actualmente no estudia. En octubre retomará su carrera de Ingeniería en Sistemas en el Instituto de Integración Andina. En cambio, Daniel Viveros (20 años) estudia Actividad Física y Deportes en la Espe.
Viveros habla pausado y usa trenzas al estilo del reggaetonero Don Omar. El joven vive en Chillogallo y cuando el equipo se entrenaba en las madrugadas optaba por dormir en la residencia de la Concentración Deportiva, en la Vicentina.
“Me levantaba, desayunaba, luego me entrenaba y me iba a clases en la Espe. Luego en la tarde volvía a los entrenamientos y me iba a mi casa a hacer deberes hasta la madrugada. Aquí lo básico es tener ganar de salir adelante”. Él era uno de los deportistas más alegres del grupo y jugueteaba continuamente con Andrés Loor en la práctica.
Algunos deportistas como la manabita Carmen Arias tuvieron que faltar desde el lunes pasado a sus clases de Medicina en la Universidad de Portoviejo. Ella llegó el domingo y rápidamente se juntó con Katia Llerena y con María Panezo.
En la mañana del martes 10, las tres descansaban en el lobby del Tambo Real tras tomar el desayuno. Arias aún recordaba los entrenamientos en la madrugada y las dificultades para adaptarse a la altitud de Quito. “Fue duro, pero todas esas prácticas nos servirán en la competencia”.