Una serie de al menos 20 atentados afectó ayer a Irak, de norte a sur, y causó más de 100 muertos y 300 heridos.En unas pocas horas, después del amanecer, en Bagdad hubo una sucesión de ataques contra seis puestos de bloqueo de fuerzas de seguridad, con siete muertos entre soldados y agentes de policía. Casi al mismo tiempo, la explosión de bombas artesanales en otros tres puntos de control causó la muerte de al menos cuatro policías y heridas a otros diez.Aproximadamente a la misma hora, en Falluja, en la provincia de mayoría sunnita de al Anbar, tres personas murieron y 10 sufrieron heridas a raíz de la explosión de cuatro bombas frente a las viviendas de sendos oficiales de policía o de agentes antiterrorismo. A mitad de la mañana los ataques seguían sin pausa. En la localidad de Suwayra, al sur de Bagdad, un atentado doble frente a una mezquita causó la muerte de 11 personas y heridas a 60.Poco después, cerca de esa localidad, en Hilla, en el incidente más sangriento del lunes, dos suicidas que iban en un coche se inmolaron frente a una fábrica en el momento que estaban saliendo los operarios, con las consecuencias más trágicas de la jornada, puesto que perdieron la vida por lo menos 45 personas y otras 135 sufrieron heridas.La sureña ciudad de Basora fue golpeada por tres coches bomba que causaron 21 muertes e hirieron a más de 70 personas, dijeron fuentes médicas y de seguridad. El primer ataque ocurrió en un mercado central y los otros dos en el norte de Basora, cerca de una estación petrolera y una zona residencial. Los ataques de suicidas con bombas y hombres armados, que tienen supuestos vínculos con un debilitado pero aún letal Al Qaeda, parecieron estar destinados a mostrar que los insurgentes islamistas suníes tenían aún una fuerza potente pese a derrotas sufridas en recientes semanas. “A pesar de los ataques que han debilitado a la agrupación terrorista Al Qaeda, existen algunas células que siguen operando para probar su existencia e influencia”, dijo el portavoz de seguridad de Bagdad, mayor general Qassim al-Moussawi, quien calificó de “histéricos” a los ataques.La violencia en Iraq había caído abruptamente desde los enfrentamientos sectarios del 2006 y el 2007, pero las elecciones del 7 de marzo último han alimentado las tensiones nuevamente.