El 25 de noviembre se conmemora el Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Para la sociedad y, sobre todo, para el sector financiero es un desafío constante erradicar la violencia económica y patrimonial que sufren las mujeres. Esto se debe a las dificultades para la bancarización, el manejo independiente de su dinero y la falta de educación financiera.
De acuerdo con los últimos datos del estudio Global Findex del Banco Mundial de 2021, cuatro de cada 10 mujeres en Ecuador no tienen acceso al sector financiero formal, a través de una cuenta de ahorros.
A esto se suma que apenas una de cada 10 mujeres accedió a un crédito de una entidad financiera en 2022.
Marco Rodríguez, presidente ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca), considera que hay un gran número de mujeres que no se bancarizan por temor a perder ayudas sociales del Gobierno, por la facilidad en sus pagos con dinero en efectivo y otras, especialmente del sector rural, por desconocimiento y prejuicios.
Es por eso que las entidades financieras impulsan acciones de inclusión para reducir la brecha de género. Así se han creado, ampliado y modernizado algunos productos y servicios, según el perfil y necesidades de las mujeres.
El ahorro se enfoca en el emprendimiento
En los últimos años, el número de mujeres con una cuenta de ahorros se ha incrementado. Según el Banco Mundial, el 58% de las mujeres en el Ecuador tiene acceso a una cuenta bancaria en el sistema financiero formal. Este desempeño evidencia una mejora frente a 2017, cuando el indicador era del 42%.
Actualmente, las entidades financieras ofrecen también cuentas de ahorro encaminadas a que las mujeres usen el dinero para iniciar un emprendimiento.
En Mutualista Pichincha existe la cuenta Emprende Segura, la cual permite a la clienta impulsar su idea de negocio desde el ahorro y no desde la deuda, dice Byron Garzón, jefe de Productos de la entidad.
Para este producto, las mujeres pueden abrir la cuenta en las agencias o por Internet. En este último caso,
la interesada solo debe ingresar la información de la titular de la cuenta, la actividad económica y el monto de ingresos y egresos actuales. La entidad financiera valida la identidad real de la clienta con un proceso de rasgos faciales, al tomarse una fotografía. Al final se completa el proceso con la firma electrónica, con la ayuda de la mutualista.
Los créditos se otorgan con menos tramitología
El acceso al crédito para las mujeres se ha ido transformando, el objetivo es que sea más fácil y equitativo para este segmento.
Por ejemplo, hay nuevos financiamientos de hasta USD 10 000 para la remodelación de viviendas, para consumo o para impulsar un emprendimiento o un nuevo negocio. Lo particular de estas líneas de crédito es que no requiere la firma del cónyuge, como suele pedirse a las mujeres casadas. Y, en algunos casos, hay un periodo de gracia de hasta seis meses.
También hay productos crediticios que permiten a las mujeres acceder a una cuenta de ahorro para depositar una parte de las ganancias que obtuvieran por la línea de financiamiento para sus emprendimientos.
A partir de 2018, Banco Pichincha otorga financiamiento a los micro, pequeños y medianos negocios (mipyme), liderados por mujeres. Sus condiciones, en función del perfil de riesgo, son más flexibles en comparación con el financiamiento tradicional, e incluye períodos de gracia y firma de cónyuge opcional. Actualmente, esta cartera representa el 45% del portafolio de personas naturales del segmento mipyme.
Tarjetas de crédito con beneficios específicos
Para facilitar el financiamiento y, a la vez, brindar beneficios exclusivos para mujeres, algunas entidades financieras ofrecen tarjetas de crédito específicas para este segmento.
Estas funcionan como los instrumentos tradicionales, que tienen un cupo de compras y usan las tasas de interés que aplican para el segmento de consumo. Para noviembre, el interés máximo que las entidades financieras pueden cobrar es de 16,77%, según datos del Banco Central.
La diferencia es que ofrecen descuentos o promociones en la adquisición de bienes o de servicios, como cuidado, belleza, deporte, cursos de idiomas, entre otros.
Además, estos productos financieros brindan programas de puntos a las clientes. De esa forma, pueden canjearlos por órdenes de compra en los establecimientos afiliados al banco o cooperativa.
En la tenencia de tarjetas de crédito aún existen brechas de género. Datos del Banco Mundial señalan que, en 2021, el 10% de mujeres mayores de 15 años tenía una de estas tarjetas, frente al 20% de hombres que poseía una. De todas formas, el porcentaje es mayor al 4% de beneficiarias que se registraba en 2017.
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