El actor Benicio del Toro copa toda la atención de la cámara en ‘Che: guerrilla’, filme en el cual encarna al revolucionario argentino Ernesto Guevara durante su fallida aventura en Bolivia.El director Steven Soderbergh no ofrece una biografía, sino una visión específica y algo distante del Che, sin apasionamientos de tinte ideológico. Lo que cuenta no es a favor ni en contra. No es rojo ni azul. Quizás esa neutralidad es su principal problema. Esta película es, en realidad, la segunda parte de una obra sobre el guerrillero, cuyo inicio se titula ‘Che: el argentino’. Ahí, se muestra la etapa triunfal de Guevara en Cuba. En cambio, su secuela se enfoca en el fracaso del Che.Con un Benicio del Toro entregado totalmente a su papel, el director profundiza su estilo cercano al documental, el cual le permitió ganar un premio Oscar por su filme ‘Traffic’, del 2001.Por eso, ‘Che: guerrilla’ abunda en la cámara en mano (simula la filmación de un video casero), en la búsqueda del realismo y en una narración lineal.Esto, unido a la visión neutral del director y a la omnipresencia de Del Toro, puede molestar e incluso aburrir a los espectadores, acostumbrados a los brincos heroicos de Dastan y a los bombazos de Iron man. Para ellos, el Che no se muere por las balas del Ejército boliviano, sino del tedio.