Gustavo Jalkh, ministro de Gobierno
¿Con base a qué estudio o criterio técnico se decidió regular la venta de bebidas alcohólicas?
Es parte de la lucha contra la violencia. Así como decimos que el machismo es violencia, el alcohol también lo es. Está presente en las agresiones intrafamiliares y en los espacios públicos. El 8% de los homicidios se producen durante riñas callejeras y en cada caso está presente el consumo de licor de hombres y mujeres.
Usted anunció que los domingos se prohibirá la comercialización de esas bebidas en el país. ¿Por qué se eligió ese día?
En los gabinetes itinerantes, varias autoridades locales y ciudadanos han manifestado que los domingos el consumo de alcohol es excesivo y provoca problemas como riñas y asaltos.
El Ministerio también adoptó otras medidas como el control de armas y el fortalecimiento de los aparatos de Inteligencia para combatir la inseguridad, ¿qué resultados se han obtenido?
Los esfuerzos de la Policía están dando resultados para ciertas modalidades delincuenciales. El esfuerzo policial es evidente y se ha hecho un gran trabajo. El equipamiento de la Policía y los operativos de control nos han permitido constatar reducciones importantes de delitos. En Guayaquil, el robo a domicilios bajó un 30% y el número de asaltos a locales comerciales, un 20%.
¿Por qué no se logran resultados similares en delitos como el asesinato que ahora son vinculados al sicariato?
Existe un incremento de ese delito, en el primer trimestre del año, pero nosotros fuimos los primeros en decirlo y en tomar acciones. Por ejemplo, el control de armas y el combate a la fabricación clandestina de esos artefactos. El 85% de delitos era cometido con armas de fabricación artesanal (local). De ese total, el 11% de casos estaría relacionado con esta nueva modalidad de asesinato por recompensa.
Según la Fiscalía y la Policía, es necesario tipificar el sicariato para no permitir la impunidad.
Esa figura ha estado en nuestro Código Penal desde siempre. Se lo conoce como asesinato por recompensa y es una modalidad del delito. La muerte por envenenamiento, el ensañamiento o el parricidio son otras formas de asesinatos que existen en la Ley. Lo que pasa es que no representaba un índice tan alto como ahora (11%). No permitiremos que el problema crezca.
¿Cómo?
Descubriendo quién ofrece y quién demanda sicarios. Eso no se logra con patrullajes en las calles, ni incrementando el número de policías. Se lo hace con trabajo de Inteligencia y en eso estamos. Además, es importante evitar la impunidad en los asesinatos. Eso hace que la ciudadanía crea que uno puede mandar a matar a alguien sin recibir sanciones. Las discrepancias sociales se empiezan a resolver con violencia.
En Quevedo se descubrió una banda de sicarios conformada por policías en servicio activo y pasivo, ¿cómo se va a evitar que el caso quede en la impunidad?
En el campo disciplinario administrativos están siendo juzgados. En el ámbito penal no, porque eso no le corresponde a la Policía. Pero ese caso es parte del proceso de autodepuración que se impulsa en la institución. Los policías fueron investigados por el departamento de asuntos internos de la Policía, en coordinación con la ULCO.
Según la misma ULCO, la Fiscalía estaría por archivar el caso aduciendo que no hay suficientes pruebas.
Voy hablar con el fiscal general, Washington Pesántez, para que se profundice la investigación y no se cierre el caso en pocos días. La asociación ilícita para cometer asesinatos es un delito gravísimo que debe ser juzgado.
La participación de gendarmes en bandas de sicariato evidencia que el problema va más allá de ajustes de cuenta entre delincuentes, como lo refirió la Policía.
Los mejores miembros de la Policía están trabajando en conjunto para dilucidar quién ofrece y quién demanda sicarios. No hemos llegado a los niveles dramáticos de otros países y no vamos a permitirlo. Incluso llegaron expertos internacionales que tuvieron que enfrentar el problema.
El sicariato también está vinculado a los denominados “chulqueros”. ¿Qué trabajo se realiza para evitar que las personas sean asesinadas por no pagar una deuda?
Hace poco, en Azuay, la Policía detuvo a 45 usureros en delito fragrante; con la lista de préstamos, clientes, motos, dinero. Su detención fue solo el punto del ovillo porque tras esa estructura se sospechaba que podían existir vínculos con el narcotráfico o el lavado de activos. Pero el caso se diluyó en una mala decisión judicial y esas personas fueron liberadas en audiencias de cuatro minutos.