Ruth Imacaña está emocionada. El fin de semana adquirió una refrigeradora nueva para su hogar.
Ella vive en un departamento ubicado en las calles Loja y Venezuela, en el centro de Quito. En su cocina ya tiene reservado el lugar para su electrodoméstico.Su rostro muestra un gesto de preocupación cuando se le viene a la mente la idea de que se le puede dañar. “Las instalaciones eléctricas de este sector son antiguas y tengo miedo de que se produzca algún cortocircuito”.
Iván Velástegui, gerente general de la Empresa Eléctrica de Quito (EEQ), anunció que se remodelarán las redes eléctricas del Centro Histórico, porque ya cumplieron su vida útil.
La explosión de la caja de revisión de la calle Guayaquil y Caldas, registrada el lunes 19 de julio, alertó sobre la precariedad de las redes eléctricas.
Mientras a Imacaña le preocupa la vejez de las conexiones en su sector, a Mauricio Segura le tiene intranquilo la maraña de cables que hay junto a la ventana de su departamento. Él es estudiante universitario y vive en la República del Salvador.
“Cada vez que abro las cortinas o la ventana para tomar aire, me encuentro con este montón de cables que me dan pánico”.
Un estudio realzado por el Municipio determinó que en esta avenida, La Setel, La Empresa Eléctrica y la CNT son dueñas del 50% de los cables que se sujetan en los postes. La mitad de las conexiones aéreas, son ilegales.
Según Eduardo Dousdebés, secretario de Desarrollo Productivo y Competitividad del Municipio, en la actualidad no existe un registro de la cantidad de cables que ocupan los postes de manera ilegal. Anunció que se ejecutará el plan para la reubicación subterránea del cableado eléctrico.
Para el funcionario, las zonas donde más cables aéreos hay son la avenida República del Salvador, La Mariscal y la Floresta. “Ha existido un abuso por parte de entidades públicas y privadas en el uso de los postes”.
La EEQ, la CNT y la Superintendencia de Comunicaciones no tienen claro el número de cables aéreos que hay en cada sector. Por eso, desde hace un mes, la EEQ realiza un censo de las redes eléctricas. Roberto Aguirre, director de distribución, reconoce que hay operadoras que utilizan los postes sin autorización.
El camión que trae la nevera de Inmacaña llega a la calle Loja. Ella limpia nuevamente el lugar reservado para el electrodoméstico. Luego de 50 años, las redes del centro se renovarán. Para ella eso es un ofrecimiento, por eso prefiere comprar un regulador de voltaje. “La prevención es lo mejor”.
A Segura lo visitó un amigo de la universidad y también se sorprende por la maraña de cables. “Esto es superpeligroso. Yo no viviría en este departamento”.
Segura desconoce el plan que se ejecuta para conocer el número de cables aéreos que hay en la ciudad. “Lo que a mí me interesa es que retiren lo más pronto todos estos tallarines”.