Antes dudaba cuando le preguntaban sobre si prefería a Barcelona o a Liga de Quito, ahora está convencido, el cuadro porteño le robó el corazón. Rodríguez volvió a Ecuador sin muchas ganas, pero su estancia en el equipo torero lo hizo cambiar de opinión.
Regresar al fútbol ecuatoriano le generaba inseguridad, estaba conforme con su buena campaña que lo llevó a ser campeón con Peñarol, en el 2021; sin embargo, debía cumplir un contrato con Liga de Quito -dueño del 70% de su pase- y su retorno no era opcional.
Todo cambió cuando se enteró que Liga realizó un préstamo-intercambio con Barcelona. En ese momento hizo maletas con otra actitud, tenía nuevamente el reto de vestir la camiseta de un gran equipo, de pelear títulos.
“Soy muy profesional, pero quería jugar, sabía que en Barcelona tendría esa chance. Era un nuevo reto”, dijo ‘Paco’, que con esfuerzo se consolidó en el equipo titular y al momento suma 32 partidos entre la LigaPro, Copa Ecuador, Libertadores y Sudamericana.
El cuadro amarillo lo enamoró. Ahora su esposa, Andrea Díaz, y su hija, Fiorella, visten la camiseta amarilla y lo acompañan regularmente en el estadio. Cuenta que su esposa se reunía con familiares de otros jugadores, para ir a una de las suites del Monumental.
Desde que el estadio entró en remodelación, ellas miran los juegos desde casa, no fueron ni al Christian Benítez ni a Los Chirijos, en Milagro. “Cuando llegué el presidente me dijo que tengo el ‘ADN’ de Barcelona, no lo entendí al principio.
Ahora si me preguntan sobre mi preferencia por algún club, obviamente es este, por lo que mueve, por la pasión, por tensión…, todo”, dijo. Según él, la pasión que sintió en el Clásico del Astillero solo es comparable con los duelos que vivió cuando jugaba por Peñarol y enfrentó a Nacional, en Uruguay.
Quiere quedarse en Guayaquil. Pese a que su contrato finaliza en noviembre, su agente ya llegó a un acuerdo con Barcelona, para extender el vínculo por tres temporadas más, ya coincidieron en la parte económica.
Carlos Alfaro Moreno, presidente amarillo, ratificó ese primer acuerdo. Sin embargo, ahora deben conversar con Liga de Quito; la intención amarilla es que los albos se queden con Michael Hoyos, atacante que cedieron para quedarse con ‘Paco’ a inicios del año.
Recorrió toda la cancha
Cuando estuvo en las formativas de Danubio, en su país, Rodríguez jugaba como volante generador. Era un ocho con llegada al área y buena distribución de pases, por eso, ahora -en Barcelona- se le hace “orgánico”, salir desde el área con la pelota dominada.
Entre risas cuenta que poco a poco fue retrocediendo en la cancha. Mientras subía de categoría y su cuerpo cambiaba, producto de su edad, pasó a ser volante de marca y lateral, puesto en el que debutó en la primera división.
Ahora está feliz como central, es un puesto que le da satisfacción. Con Barcelona quiere mantener la buena racha que atraviesa desde el 2019, cuando fue campeón en todas las temporadas que disputó.
Inició con los trofeos de la Copa Ecuador y Supercopa. Con Liga de Quito (2019 y 2020), para luego ser monarca de la liga uruguaya con el Peñarol. En el 2022 ya solo le queda la LigaPro como posibilidad.
La cancha más difícil
Barcelona está clasificado a la final y ‘Paco’ dice que cualquier equipo que enfrenten será exigente. Esa es su respuesta cuando le consultan si prefiere a Aucas o la Universidad Católica como rival.
Sin embargo, reconoce que la cancha más difícil para jugar en Ecuador es la del Gonzalo Pozo Ripalda, fortín de Aucas.
“Es una cancha pesada, el viento, el clima… No sé, pero es complicada, cuando voy allí prefiero que los juegos sean en la noche”, dijo.
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