El rojo y naranja no invadieron las instalaciones de la Plaza de las Américas en Quito. A pesar de que con cada disparo de Xavi, Fábregas, Robben o Van Persie los asistentes vibraban.
La algarabía se apoderó de los seguidores españoles cuando Andrés Iniesta marcó el tanto que le dio el triunfo a la roja.
Para el español Ángel Ramos Mombiedro “era ahora o nunca”, además considera que su Selección tenía un mejor juego que Holanda. Él lleva un mes en el país en trabajo voluntario.
La otra cara se reflejaba en Eric Rutten y seis miembros de su familia. Este turista holandés se mostraba optimista, hasta el medio tiempo, y a pesar de que estaba consciente sobre la fuerza del rival esperaba que su país inscribiera su nombre en la copa.
Al otro lado, el hincha Álvaro Mayorga, vestido con la camiseta roja y en la espalda el nombre de Villa, aguardaba por el gol del triunfo, que completaría el buen desempeño de la Selección.
Este programa realizado por Directv, empresa que transmitió los partidos por cable en Ecuador, y los 10 restaurantes que integran la Plaza congregaron a 1 000 aficionados. Estos, además de disfrutar del juego, participaron en sorteos de premios y compartieron su almuerzo dominical con amigos y familiares.
Francisco Palacios, gerente de Operaciones de laPlaza, dijo que la organización para esta final se inició antes de la inauguración del Mundial. La entrada era de USD 15 con reservación.
Para el medio tiempo la modelo y presentadora Angélica Millán animó a los asistentes y realizó el primer sorteo de premios de la tarde. Mientras el Waka waka de Shakira se escuchaba hasta la reanudación del partido.
Los gritos y la angustia de los hinchas se intensificaron en la segunda mitad del encuentro, con cada atajada de Íker Casillas y del portero holandés Maarten Stekelenburg, que culminaron con la consagración española.
Luego de esos 120 minutos, la tarima se llenó de música con la presentación de la colombiana Maia, quien interpretó canciones como Ingenuidad, Niña bonita, entre otras.