Jonathan Martinetti reunió a su equipo en el centro del muelle del Salinas Yacht Club. Lo hizo para desearles suerte y preguntarles si sus embarcaciones estaban listas para saltar al mar. Tenían ya dos horas ultimando los detalles para empezar la primera regata del Campeonato Mundial de Lightning, que inició ayer en Salinas.
El sol reapareció después de dos días de ausencia en este balneario de la península de Santa Elena. Las prácticas del jueves y viernes habían estado matizadas por el frío y el cielo nublado. Por eso las chompas y los abrigos de lana formaban parte del equipaje de los competidores de los ocho países que participan en el torneo.
Pero ayer tuvieron que reemplazar esas prendas con camisetas de telas livianas y delgadas para evitar el calor en alta mar. Dentro del equipaje de navegación se encontraba también una licra mangas largas para impedir que el sol los queme.
Las caras de los competidores se parecían a la de los mimos cuando faltaban 20 minutos para que inicie la regata inaugural. El sol los obligó a utilizar bloqueador. Sara Dyck, quiteña de 17 años de edad, rubia y con pecas en sus hombros, no tenía uno a la mano y tuvo que recurrir a la delegación chilena que había traído 50 frascos desde su país.
Las embarcaciones saltaron al agua a las 12:00. Entre ellos intercambiaban información que habían consultado en Internet sobre el clima y las condiciones del viento.
Los ecuatorianos les decían a los canadienses, con frases que mezclaban castellano e inglés, que el viento iba a alcanzar una velocidad de entre 10 y 12 nudos, es decir unos 20 kilómetros por hora.
El Campeonato Mundial de Lightning (embarcación de tres navegantes) marcó el debut del equipo ecuatoriano en esta modalidad. Los tricolores solo habían competido en las clases Laser y Sunfish, embarcaciones para un navegante.
La preparación para este torneo internacional empezó hace seis meses. La embarcación tiene tres velas y, según Martinetti, capitán de los tricolores, “la coordinación a la hora de navegar ha sido uno de los inconvenientes principales durante la preparación”.
Dyck e Ignacio Cordovez son quiteños. La ubicación geográfica no fue un obstáculo para que ellos practiquen este deporte. A los siete años ingresaron al club náutico del lago San Pablo, donde entrenan actualmente.
Para adaptarse a las olas y al viento del mar tienen que viajar constantemente a Salinas. Lo hacen por lo menos dos veces por mes y para esta competencia se radicaron en este balneario desde inicios de julio, después de que salieron de vacaciones en sus colegios.
A los dos, para llegar a Salinas, les ha tocado en ocasiones hacer gestiones en las Fuerzas Armadas para viajar en los aviones de carga. “La falta de dinero y las ganas de seguir preparándonos nos ha obligado a buscar otras alternativas”, agregó Cordovez.
Ecuador, de la mano de Martinetti, es el favorito para ganar este torneo en el que participan 16 embarcaciones. Ecuador tiene cinco veleros. Por Estados Unidos y Canadá participan tres embarcaciones; Colombia, Brasil, Argentina, Chile y México tienen un bote cada uno.
Ayer, el equipo conformado por Martinetti, Cordovez y Joseph Capa se adjudicó el primer lugar de la primera regata del torneo.