La contratación de personal para hacer campaña es mínima. Así lo aseguran representantes de partidos y movimientos políticos que están terciando en las elecciones del 17 de febrero para la designación de asambleístas, presidente y vicepresidente.
Desde que se inició la campaña, el 4 de enero, las agrupaciones políticas se organizaron para reclutar personal que acompañe a los candidatos en los recorridos y mítines, entregue volantes, ondee banderas, entre otras actividades propias de la coyuntura.
La gran mayoría de esta gente, según los partidos, es voluntaria. En Sociedad Patriótica, por ejemplo, cada candidato cuenta con alrededor de 50 personas que lo apoyan. Así lo indicó Gilmar Gutiérrez, director nacional del partido y postulante a una curul en la Asamblea Nacional.
“La estructura política, a través de sus directivas, se encarga de convocar a las personas. También cada candidato trae gente que le acompaña y organizan el tema de movilización, alimentación, etc. Los voluntarios llevan banderas, reparten afiches, acompañan, etc”.
Uno de ellos es José Obando, un militar retirado que apoya al partido y que hace dos martes ondeaba banderas en la Patria y Amazonas. Él explicó que no reciben ninguna paga y que apenas dedican dos horas en la mañana y dos en la tarde. La gente que colabora, que en su mayoría son ex militares, desempleados y taxistas, van según el tiempo que tienen. También colaboran en la campaña 10 personas que son empleados del partido. Ellos, según Gutiérrez, tienen contrato de trabajo y están afiliados a la seguridad social.
A diferencia de esta organización, el Partido Renovador Institucional Acción Nacional (Prian) no tiene personal contratado. Un representante de la agrupación, que prefirió la reserva, indicó que la gente que participa en la campaña son miembros del partido.
“Cada candidato organiza su grupo de trabajo con gente de la organización. Con ellos hacemos el puerta a puerta. Nosotros no empleamos gente para que estén – haciendo campaña- en las calles”.
Sin embargo, el pasado martes un grupo de personas ondeaba banderas del partido en la plaza Artigas. Una de ellas indicó que le cancelan USD 18 diarios y la alimentación se costean ellos mismos. Realizan esa actividad de 10:00 a 19:00, si están los candidatos. Cuando están solos pasan en los sitios que se les asigne de 10:00 a 17:00. Para realizar esta actividad ellos solo entregan la copia de la cédula pero no firman ningún contrato de trabajo.
Esto sorprendió al representante del Prian, quien explicó que tal vez alguno de los candidatos paga estos montos. Situaciones como estas, a decir de Medardo Oleas, ex vicepresidente del ex Tribunal Supremo Electoral, son comunes.
“Los candidatos, en su desesperación por promocionarse, pagan personal sin reportar esto a las organizaciones políticas. Esto debería contabilizarse como gasto electoral, así como cualquier contratación de personal que hagan las agrupaciones”, indicó.
Los partidos prefieren contar con voluntarios para evitar sobrepasar el límite de gasto electoral de la ley, dentro del cual se incluyen otros rubros relativos a logística, artículos promocionales, etc.
El monto, de acuerdo al Código de la Democracia, se fija en USD 0,15 por cada elector. En el caso del padrón nacional para la elección de binomios presidenciales, el gasto equivale a USD 1,7 millones. Esta cifra es superior a los USD 1,5 millones del 2009.
Algunos partidos reciben dinero del fondo partidario, que otorga el Estado, y que se convierte en una ayuda a la hora de realizar gastos, pero otros reciben muy poco o nada. Todo se calcula en función de la representación que alcanzaron en elección pasada. A más apoyo popular, el porcentaje del fondo partidarios es mayor.
El dinero que se les entrega no alcanza a cubrir el monto del límite de gasto electoral por lo que deben financiarse individualmente de distintas formas. Las organizaciones que conforman la Unidad de las Izquierdas, por ejemplo, hacen peñas y otros eventos para financiar la movilización y alimentación de jóvenes, principalmente, que apoyan en repartir volantes, hacer banderas, acompañar en la campaña, entre otras actividades.
Ellos no reciben dinero, indicó Luis Villacís, coordinador de la agrupación. Esto fue confirmado por Francisco Guevara y Stalin Gavilánez, quienes dijeron ser voluntarios. Estudian en la Universidad Central y fueron convocados por amigos para realizar la repartición de volantes durante una hora.
Ellos se encontraban el pasado martes en los exteriores del Registro Civil de la avenida Gran Colombia, en el centro de la ciudad.
Lo propio hacen personas que colaboran para agrupaciones políticas como SUMA y Ruptura. Esta última, por ejemplo, acude con entre cuatro y 25 voluntarios a realizar difusión o acompañamiento en recorridos. Ellos no reciben ningún ingreso.
Los que sí lo obtienen son cinco personas empleadas para coordinar el trabajo de los voluntarios. Tienen un contrato de prestación de servicios profesionales -presentando facturas- y se les paga un monto “que cumple con los parámetros de la ley”, indicó Francisco Cevallos, secretario nacional encargo del movimiento.
PUNTO DE VISTA
Iván Nolivos/ Juez de la 1era. Sala Laboral
Debe haber más regulaciones
Las personas que son voluntarias no necesitan firmar ningún tipo de contrato en el caso de ayudar en las campañas electorales.
Lo que sí necesitan, así laboren pocas horas, son las personas que están recibiendo una paga por ello. Esto siempre y cuando estén cumpliendo órdenes y horarios establecidos por un superior.
En ese caso, dependiendo del número de horas que trabajen para la campaña, deben firmar un contrato por tiempo parcial o completo. El contrato, por cierto, también puede hacerse de manera verbal, aunque es recomendable que sea por escrito para tener una constancia de la actividad ejercida por una persona.
En el caso que la actividad sea para realizar una actividad específica, en la que la persona no tiene horario ni cumple órdenes no se necesita un contrato laboral.
Estas son las actividades que se realizan bajo la figura de servicios profesionales. Lo mismo pasa con las empresas que se contratan para acompañamiento en campañas, publicidad, recorridos.
Con ellos se firma un contrato civil de promoción y esta persona, a su vez, puede subcontratar personal para ondear banderas, entregar volantes, donar camisetas, etc.
Así las cosas quedarán más claras en estas campañas.