Una llamada telefónica alertó a Eduardo Romero. Era un representante del banco donde el guayaquileño abrió una cuenta de ahorros hace años.
“Me dijo que habían cerrado la cuenta y que debía acercarme para resolver el problema”. Romero fue a una de las agencias del banco y ahí le dijeron que la cuenta estaba congelada porque había un proceso penal pendiente.
“Me acerqué al juzgado donde se tramitaba la causa y me dijeron que era investigado por narcotráfico”. No podía creerlo, dice, alguien había utilizado mi cédula de ciudadanía para enviar una encomienda con una libra de cocaína a España.
Hace dos años, él había sido víctima de un robo. Se le sustrajeron la billetera con los documentos personales cuando llegaba del trabajo a su casa. Los desconocidos utilizaron esa cédula para luego inculparlo.Según Christian Pérez, jefe de la unidad de delitos miceláneos de la Policía Judicial de Pichincha, este tipo de delitos son frecuente. Las cédulas también son utilizadas para comprar electrodomésticos a crédito. “Como ahora en la mayoría de locales comerciales solo piden ese documento como requisito de compra, los ladrones lo aprovechan y adquieren televisores plasma, lavadoras o equipos de sonido”, dice Pérez.
Los propietarios de los documentos tardan en darse cuenta de que fueron víctima de una falsificación de identidad. Por lo generan se enteran cuando los llaman para informar que no han pagado las cuotas atrasadas de los aparatos electrónicos.
Eduardo Romero asegura que tuvo que contratar un abogado para demostrar que no tuvo que ver con el envío de cocaína a España. “Yo había denunciado el robo de la cédula, pero no recordaba dónde puse el documento”.
El comisario segundo de Quito, Luis Galindo, asegura que cuando esto ocurre, la persona afectada tiene una alternativa. “Puede acudir a la comisaría donde hizo la denuncia y buscar en los libros de los archivos el documento original para sacarle una copia”.
Pero es necesario recordar la fecha en que se hizo la denuncia, porque los archivos son numerosos . Al día, solo en la comisaría primera de Quito se reciban 300 denuncias por robo de documentos; en la comisaría cuarta, 70 y en la comisaría primera, 50.
Romero tuvo que buscar en los archivos hasta dar con el documento, aunque confiesa que eso no fue suficiente para demostrar su inocencia. “El fiscal que tenía el caso no quería saber de pruebas”.
El proceso judicial tardó 11 meses. Durante ese tiempo, al guayaquileño se le cerraron las puertas de los bancos, pues se lo puso en la lista de riesgo. “Me deprimí y ya ni siquiera tenía ganas de comer o salir de la casa”.
Según Pérez, si no se presenta una denuncia, las cédulas pueden ser vendidas a extranjeros, para que, a su vez, obtengan visas y pueda viajar como ecuatorianos a Centroamérica o México. De ahí a Estados Unidos.
Según la Policía, en Quito existen varios compradores de documentos robados que han fomentado un mercado negro. Por una cédula pagan 20 USD y por dos tarjetas de créditos USD 10.
Estas últimas cuestan menos porque son más difíciles de clonar. Solo las bandas especializadas que tienen la tecnología necesaria lo hacen. “Apenas se roban la tarjeta copian los datos en un dispositivo electrónico. Como saben que el plástico va hacer bloqueado por el cliente, imprimen los datos robados en otra tarjeta muy parecidas a las oficiales”, refiere Pérez.
César Gallardo asegura que él perdió USD 1 000 cuando dejó olvidada su billetera con documentos en un cine de Quito. “Los asaltantes habían hecho compras en restaurantes, tiendas de ropa y hasta de calzado”.
Gallardo denunció el robo y logró recuperar parte de lo perdido. “Conseguí un video del centro comercial donde se veía a los delincuentes y con eso puse la denuncia. Los proveedores de la tarjeta me devolvieron la mayoría”.
Romero también tuvo suerte. Dice que el juzgado emitió una sentencia absolutoria y así pudo demostrar que no tenía que ver con el envío de coca. “Aunque en el bando donde tenía la cuenta ya no me quieren atender porque dicen que tengo antecedentes”.
Consejos para prevenir el robo de documentos personales
Cuando acuda a un restaurante o a sitios de entretenimiento no deje los documentos personales en los bolsillos de la chaqueta que se cuelga sobre las sillas. Los asaltantes pueden aprovechar un descuido para sustraerlos sin que se percate del hurto.
En sitios semipúblicos como el trabajo o el centro de estudio no deje a la vista (como sobre el escritorio) las carteras donde guarda la licencia o cédula de ciudadanía. Es recomendable guardarlas en un cajón o cancel que pueda ser cerrado con llave.
En los hogares coloque siempre los documentos como la papeleta de votación y cédula en un solo lugar. No deje los documentos en el auto por las noches ni cuando se estaciona momentáneamente en un parqueadero público o privado.
Al subir a los buses de transporte público no coloque la billetera o agenda con los documentos en bolsillos traseros del pantalón. Tampoco en los bolsillos exteriores de las mochilas. Lo mejor es ponerlos en los bolsillos delanteros del pantalón.
No coloque la billetera o la cartera sobre el asiento del copiloto cuando conduce el automóvil. Tampoco en la gaveta del tablero o en la de la puerta del conductor. El lugar más seguro es debajo del asiento trasero, delantero o en la cajuela del vehículo.
No encargue ni preste los documentos personales porque pueden ser clonados. Cuando acuda alguna institución pública que le exige una identificación para ingresar pida que le entreguen otra tarjeta a cambio para poder reclamarla al salir.
Si tiene varias tarjetas de crédito, de débito o de descuento no las lleve en la billetera o cartera todos los días. Sáquelas de la vivienda solo cuando vaya a utilizarlas en una compra programada. Así incluso evitará gastos que pueden ser innecesarios.
En las viviendas destine un cajón que tenga seguro con llave o que pueda colocarse un candado para guardar los objetos personales de valor, incluidos los documentos. En especial por las noches o cuando deja la casa sin vigilancia en las mañanas.
Cuando sospeche que le fueron sustraídos los documentos o que se le hayan perdido denuncie el hecho de inmediato. Mientras más demore en presentar el escrito en una comisaría más alto es el riesgo de que sea víctima de una suplantación de identidad.