Después de que el Gobierno argentino le quitara la licencia a la proveedora de Internet del diario Clarín, Fibertel, por presuntos incumplimientos normativos, la ofensiva del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se tensará mucho más.
La Presidenta presentará un informe donde se afirma que los entonces dueños del único fabricante de papel de periódicos, Papel Prensa, se vieron forzados en 1976, bajo las torturas del régimen militar (1976-1983), a vender la empresa a quienes hoy son los principales diarios del país, Clarín y La Nación.
El informe se titula ‘Papel Prensa: La verdad’. El Grupo Clarín controla el 49 por ciento de las acciones de la empresa, mientras que La Nación posee un 22,5 por ciento y el Estado argentino un 27,5 por ciento.
El documento podría desencadenar un proceso judicial que amenace la participación de Clarín y La Nación en Papel Prensa, compañía que abastece a 170 diarios de Argentina. Los diarios temen que el Estado se convierta en el accionista mayoritario de Papel Prensa.
En 1976, tras el golpe de Estado, el entonces dueño de Papel Prensa, David Graiver, acusado de vínculos con la guerrilla peronista de los Montoneros, murió en un accidente. Su viuda, Lidia Papaleo, vendió las acciones a Clarín, La Nación y La Razón. En el régimen ella y su familia fueron detenidas. Ella fue torturada y violada.
La Nación y Clarín rechazaron las sospechas sobre presuntas ilegalidades en el proceso de compra de las acciones de Papel Prensa. “El Gobierno avanza para controlar la palabra impresa”, denunció Clarín, el periódico más vendido de Argentina.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) expresó su “preocupación por la intención del Gobierno de controlar a los medios independientes, calificando varias acciones oficiales como una escalada peligrosa en contra de la libertad de expresión que afecta a todos”.