La nueva autobiografía de Gunter Grass, probablemente la última obra que escribirá el premio Nobel de Literatura 1999, es una declaración de amor al idioma alemán, pero también un libro de historia y sobre todo un nuevo relato de su propia vida.
‘Grimms Wörter’ (que en español podría traducirse como las palabras de los Grimm), está desde esta semana en las librerías europeas; casi sin duda, es la despedida literaria de Grass.
Pero no es una despedida cualquiera, sino un adiós muy violento. Con esta obra, de la editorial Steidl, Grass, de 82 años, cierra un ciclo autobiográfico y lo hace con un estilo tajante.Primero llegó ‘Pelando la cebolla’ (2006), autobiografía en la que abordaba con crudeza y sinceridad los años de su juventud, incluyendo su paso por las SS alemanas. Después apareció ‘La caja de los deseos’ (2008), que se alejaba del género de la autobiografía clásica y mezclaba realidad y ficción en el periodo desde fines de los cincuenta hasta mediados de los noventa. En ella, Grass escribió una obra muy personal, casi íntima, y de una gran versatilidad literaria. ‘Grimms Wörter’ es una autobiografía muy diferente; una “declaración de amor”, como dice el subtítulo del libro, dedicada al idioma alemán, como símbolo de la patria del escritor. Durante toda su vida, el alemán le proporcionó seguridad, confianza, fuerza literaria e influencia político-social.
fakeFCKRemoveGrass es considerado un filólogo único, un agraciado inventor de palabras, un creador de sílabas y expresiones literarias y, para el lector, todo ello suena como si se lo susurrara directamente el autor. Parte de esa fuerza creadora se la otorgaron los cuentos de los Grimm, recuerda Grass, que asegura que las palabras de los hermanos influyeron notablemente su obra posterior.
La estructura de su nuevo libro es muy ambiciosa. Dividido en nueve capítulos, los seis primeros estructurados según el orden alfabético de la A a la F, une pasajes literarios con puntos de vista políticos, algo que para muchos no deja de entrañar ciertos peligros. Grass relata la vida de los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm, en el siglo XIX, y se centra en el enorme trabajo que realizaron desde 1838 para crear un diccionario alemán, del que en vida solo vieron tres de los 32 volúmenes previstos.
En ese relato aprovecha para sacar a colación ciertos paralelismos políticos con su vida: haciendo referencia a la vida de los hermanos Grimm, a su posicionamiento político -que en 1837 les llevó a manifestarse contra el poder del Estado-, habla de rivales políticos y del oportunismo de todas las épocas y lugares. Además, reflexiona sobre la historia alemana a partir del siglo XIX: del surgimiento del nazismo, de la Segunda Guerra Mundial, de la posterior división de Alemania y la reunificación en 1990. Hace referencia también a momentos históricos clave en su compromiso político, como el paso de su ingenuidad política durante el nazismo a la defensa de la democracia, sus críticas a la era Konrad Adenauer, su compromiso con el Partido Socialdemócrata Alemán, su lucha por los autores perseguidos en Alemana Oriental o sus protestas contra la guerra de Iraq.
“Me parecía que la parte de mi biografía que no figuraba en ‘Pelando la cebolla’ o ‘La caja de los deseos’, la relativa a mi actividad política y social, podía encontrar lugar en una historia sobre los hermanos Grimm”, explica.
Y para plasmar su idea, Grass trabajó dividiendo su obra en varios niveles que responden en todo momento a su eterno estilo, en el que se entrelazan de forma casi invisible pasado, presente y futuro. En el último capítulo, el que cierra toda la historia, Grass mantiene una conversación con los Grimm en la que hablan sobre la culminación del gran diccionario de la lengua alemana. “Nada está terminado”, “Nada se terminará”, dicen los dos hermanos haciendo hincapié en que la creación literaria y la invención de las lenguas son eternas.