Budy Calazacón muestra un brebaje elaborado con
una serpiente del bosque nativo de los Tsa’chilas. Foto: Juan Carlos Pérez / El Comercio
Para la cosmovisión de los tsa’chilas, las serpientes son animales sanadores y regeneradores de células. Los chamanes han ideado al menos tres remedios con la piel y carne de este animal. La familia Calazacón – Calazacón ha descubierto varias propiedades.
Budy Calazacón, de la comuna Chigüilpe, afirmó que tras más de 10 años de investigaciones descubrieron que el jarabe de este animal, que vive en los bosques tsáchilas, puede suplir a la morfina en pacientes con cáncer.
Otro de los hallazgos chamánicos es que el jarabe de serpiente tiene propiedades que ayudan a regenerar las células así como cuando la serpiente cambia de piel. “Cumple la misma función de una muda de piel de la culebra”.
Para Calazacón este es un remedio que no se hace con frecuencia, con el fin de evitar un daño medioambiental.
Solo se preparara en ocasiones especiales y cuando a través de sueños o alucinaciones los ancestros les dicen que la única forma de curar al paciente es con la serpiente.
Para conseguirla, el chamán debe hacer un ritual de autorización para que la naturaleza lo guíe hasta el animal. Luego de sacrificarlo, le deben cortar la cola y la cabeza porque es donde se acumula el veneno que contiene el animal.
Luego se coloca en una botella con una infusión de varias plantas tsa’chilas y alcohol destilado. Esta botella se cierra bien y se entierra en un lugar sagrado del bosque nativo. Se debe esperar dos años antes de consumirlo.