La foto de un oso polar solo, parado en un fragmento de hielo y perdiendo su hogar, no está distante de Ecuador. En el paÃs, las especies también enfrentan las afectaciones por el cambio climático y, además, de la contaminación de sus hogares, las sobre cosechas, especies invasoras, entre otros males. Â
Francisco Prieto, subdirector técnico del Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio), explica que el cambio climático tiene varias aristas. Uno de los elementos inmediatos es el aumento de la temperatura. También se acompaña de alteraciones en las precipitaciones: lluvias en épocas no habituales.
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En Quito, las variaciones se han acentuado en abril e inicios de mayo de 2024, pasando de fuertes lluvias a dÃas con mayor radiación.
Prieto detalla que es necesario entender que las especies tienen diferentes estrategias frente a los cambios. Mientras unas se pueden adaptar sin dificultades, otras están destinadas a extinguirse, porque su evolución se dio para ciertas caracterÃsticas. Â
Lastimosamente, en el primer grupo están las denominadas variedades exóticas invasoras, las plagas. A estas les favorece el incremento de la temperatura.Â
Un ejemplo de eso es la Susanita, una flor naranja que cada vez se expande más en quebradas y otros espacios de Quito. Â
La migración por el cambio climáticoÂ
Los bosques están migrando, pues están encontrando las condiciones propicias a mayor altura. Por ende, los animales se ven obligados a moverse.Â
Las áreas protegidas no son la única estrategia, dice el experto, con estos cambios, los nuevos hogares de las especies, muchas veces, quedan fuera de estas zonas. Â
Ya habÃa señales Â
Los primeros animales que dieron la alerta en la zona andina fueron los anfibios, desde la década de 1980. A la rana jambato, por ejemplo, no se la encontró por años.
En la búsqueda, biólogos hallaron que el cambio climático favorecÃa el crecimiento de hongos en la piel. Los anfibios, justamente, están entre los más afectados debido a su delicada capa externa. Más de 500 especies de anfibios han desaparecido en el planeta. Â
La reproducción está en riesgoÂ
Con el cambio de las temperaturas, los relojes biológicos están variando. En el campo, por ejemplo, a los agricultores se les complica cada vez más definir la época propicia para sembrar. Â
Andrés Marcayata, biólogo y experto en aves, explica que los efectos del cambio climático se traducen en calores caniculares, sequÃas, lluvias torrenciales y, a la par, bajas temperaturas.Â
En el caso de las aves, una parte fundamental de la biodiversidad del planeta, las variaciones alteran los ciclos migratorios y sus procesos vitales, como la reproducción y alimentación. Â
Las aves se ven obligadas a buscar nuevos ecosistemas junto con sus crÃas y, en muchos casos, se convierten en especies invasoras, alterando el equilibrio natural.Â
Estudios dan cuenta de que los plumÃferos reducen su masa corporal para viajes más largos, lo que las hace vulnerables en las travesÃas. Otro efecto es la reducción de la población y diversidad. Â
Un futuro oscuro para las avesÂ
El estudioso de las aves alude a que, según fuentes cientÃficas, los cambios podrÃan ocasionar que el 10% de la avifauna mundial esté en peligro de extinción. Â
El fenómeno no es ajeno en las aves de ciudades como Quito, ya que las frecuentes olas de calor alteran la nidificación y reproducción. Esto porque los espacios verdes son mucho más reducidos.
Se requieren más parques, jardines y zonas verdes. También se recomienda colocar fuentes de hidratación para las aves. Â
Se estima que en el Distrito Metropolitano de Quito hay aproximadamente 450 especies. En la ciudad como tal, alrededor de 120.Â
En promedio, dice Andrés Marcayata, en un parque se puede encontrar entre 30 y 35. Â
Los dos estudiosos hacen énfasis en que todo tiene una lógica. Si cambia el ciclo de una especie, genera repercusiones en el resto.Â