Marcela Fuentes y Wilson Córdova escribieron la obra. Foto: cortesía de la Casa de la Música
Como parte del programa Domingo Chiquito, la Fundación Filarmónica Casa de la Música presenta ‘Yaku y los Misterios del Páramo’.
Una obra original de la compañía Títeres Pitiklín, escrita e interpretada por Marcela Fuentes y Wilson Córdova.
La obra narra la emocionante historia de dos ancianos que vivían solos en el páramo, hasta que se encuentran con Yaku, una niña mágica que nació de un ojo de agua, en el páramo de la gran montaña Warmirasu.
La niña fue criada siguiendo las costumbres y tradiciones andinas. Pero un día decide partir hacia la ciudad, donde se hace amiga de Patricio Patas Largas Cabeza de Botella, un alegre plomero, que está sometido a soportar los abusos de Ankst, un gigante codicioso que está convencido de que es el dueño de toda el agua del mundo.
Yaku le advierte que el agua es de todos, pero Ankst no medirá su ambición, hasta que la propia naturaleza le enseñará una lección que no olvidará.
Fuentes y Córdova son dos artistas de Ecuador y Chile, respectivamente, que conforman un grupo de arte itinerante que nació en el metro de París. A partir de 1991 este dúo le da el nombre de Títeres Pitiklín a su proyecto escénico, que actualmente está radicado en Ecuador.
Córdova explica que ‘Yaku y los Misterios del Páramo’ es un cuento sobre el agua y su origen en los altos Andes, que nace como parte de un proyecto denominado Páramo Andino, que trabaja en la protección y manejo sostenible de ecosistemas frágiles. Para el desarrollo de la obra, los artistas realizaron una investigación sobre el uso y también sobre el significado del agua en los páramos y en la ciudad.
Esa información se convirtió en una obra familiar llena de color, que muestra a través de escenas, que apelan a las emociones, el espíritu cambiante del agua que es alegre y generoso cuando se la respeta y violento o abismal cuando se la amenaza.
A los protagonistas de la historia se suman, la Luna, el Sol, el cóndor, el agua y las montañas como personajes claves de la trama, con una fuerte carga simbólica. Elementos, dice Córdova, que pertenecen a un gran entorno natural que merece respeto y cuidado.
A través de diálogos sencillos, la obra propicia la participación del público, que además disfrutará de la música en vivo que acompañará la historia con ritmos andinos y otros más urbanos.
Espacios como Domingo Chiquito, dice Córdova, favorecen el contacto de los públicos más jóvenes con las distintas expresiones artísticas.