Liliana Felipe ofrecerá un concierto el próximo lunes en la inauguración del Fiartes-G. Frenesí. Foto: Cortesía Zona Escena / Rancho
Con canciones que suponen duros señalamientos contra el autoritarismo de Estado, la hipocresía de la Iglesia, la desigualdad o el racismo, la cantautora argentino-mexicana Liliana Felipe reinterpreta a su manera la canción protesta, que floreció en Sudamérica en los años 60 y 70. Le agrega humor e ironía a una poética de compromiso político. “Es una continuidad, es un seguir haciendo lo mismo de otra manera, es usar el humor como un instrumento de revelación y de revolución”, comenta.
La compositora y pianista ofrecerá el lunes 28 de agosto del 2017 un concierto en el Teatro Sánchez Aguilar, en Guayaquil. El concierto abrirá la vigésima edición del Festival Internacional Artes Escénicas Guayaquil (Fiartes-G), organizado por Corporación Zona Escena.
Felipe está componiendo su canción número 450 y ha grabado 20 discos independientes. Así que planea dividir el recital en cuatro partes: Amor, Edad, Vaticano SA y Animalismo. “En estos ejes navego y trataré de contarle a la gente un poco de mi experiencia”, dice.
Para celebrar sus 20 años, el Fiartes-G recibe a grupos de teatro de Ecuador, Cuba, Perú y Bolivia. Las funciones se extenderán hasta el próximo 6 de septiembre, en fechas repartidas entre el Sánchez Aguilar, El Altillo, Espacio Muégano Teatro y la Casa Zona Escena.
Felipe comenzó a componer música para teatro en Córdoba, Argentina, en 1976. “El teatro comparte con este tipo de música una misma esencia: expandir los límites del alma contra la perniciosa moralina”, apunta en una entrevista por correo electrónico.
En 1978, la Junta Militar Argentina desapareció a su hermana y a su cuñado: Ester Felipe y Luis Mónaco. Y en el 80 aparece su primer disco. “Eso marcó mi vida y, por ende, lo que he hecho hasta el día de hoy”, dice la cantautora.
Tenía 24 años y comenzó a trabajar por los derechos humanos, y sus canciones hicieron la transición de lo político a lo social, de la lucha por la no violencia, por los derechos del proletariado a la lucha por el animalismo, o por el veganismo, en los últimos años. “Vivimos sobre un gran matadero oculto que nunca descansa, los encargados de limpiar la sangre, de que no se note, somos nosotros (…) Siempre amé a los animales, pero antes me los comía”, dice sobre su más reciente trabajo discográfico, ‘La mujer que mató a los peces’ (2014).
La intérprete de canciones como La extranjera, También la belleza o Las histéricas, dice que es inefable el sentido de uno de sus clásicos, No te lo puedo decir, un tema que hizo parte de musicalización de una obra de teatro del absurdo en Guayaquil. “Muchas veces me gusta hacer canciones para ver qué inventan los demás sobre ellas”.