En la comunidad está el encañonado La Chorrera, ideal para escalar en diferentes niveles. Foto: Cristina Márquez y Cortesía del Municipio de Riobamba
Las paredes de roca natural que posiblemente se crearon en una erupción del volcán Chimborazo, hace miles de años, forman un encañonado de gran tamaño. Ese atractivo situado en la comunidad Chorrera Mirador, a 30 minutos de Riobamba, promovió el emprendimiento comunitario.
Allí hay una zona de camping, pequeños restaurantes familiares y senderos para trekking. Pero la atracción principal son las más de 100 pistas de escalada que se instalaron en los muros de piedra para los aficionados y expertos de este deporte.
Los comuneros ofrecen servicio de alimentación y guianza. También, apoyo para los campistas que pernoctan en sus terrenos, parqueadero, un espacio para guardar su equipo, leña y baños.
La convivencia con la gente nativa es parte de la experiencia que buscan los turistas extranjeros. “La idea es que la comunidad pueda mejorar su calidad de vida, capacitarse en turismo e iniciar emprendimientos, a la vez promovemos el cuidado ambiental”, dice Balvanera Cruz, directora de la Unidad de Turismo del Municipio de Riobamba.
Recientemente, esa entidad invirtió en la apertura de al menos 30 rutas nuevas de escalada y publicidad para ese atractivo natural, como parte de un proyecto de posicionamiento turístico de la ciudad y desarrollo comunitario.
“Antes aquí no venía nadie, ni siquiera los propietarios de los terrenos para cuidar animales, porque están cerca de la carretera. Nadie pensaba en la posibilidad de explotar este atractivo porque no sabíamos cómo”, cuenta Manuel Calapiña.
Él se formó como guía comunitario de alta montaña y como guía naturalista, y es parte de una familia que decidió apostar por el turismo. Calapiña, sus hermanos y sus primos emprendieron un nuevo negocio que se inaugurará en los próximos meses. La familia invirtió cerca de USD 100 000 en un restaurante, que también contará con otros servicios como alquiler de equipos para escalada, hospedaje, guianza en caminatas y cabalgatas.
“La cantidad de visitantes se incrementó tras la inauguración de las nuevas rutas de escalada. Eso nos motivó a invertir en nuestra propia comunidad, estamos decididos a ser un destino turístico predilecto”, cuenta Calapiña.
En el encañonado hay varios muros de piedra y más de 100 pistas de escalada para aficionados y principiantes. Son paredes de baja altitud y de dificultad uno, para quienes se inician en ese deporte.
Pero también hay paredes de alta dificultad para los expertos. Incluso hay paredes de categoría 8C+, que solo los profesionales pueden esacalarlas.
Este muro es el máximo desafío para los escaladores, pues se requiere de pasos precisos y movimientos ágiles para avanzar entre los pequeños agarres de la roca. La pared fue nombrada por los deportistas ‘La envidiosa de La Chorrera’, y es la única con ese nivel de dificultad en el Ecuador.
“Buscamos atraer a un segmento especial de turistas. Esta pared es una de las de mayor dificultad en América Latina y tiene un gran potencial turístico que estaba desaprovechado”, cuenta Cruz.
Pero además de la combinación de adrenalina, deportes extremos y turismo comunitario, La Chorrera cuenta con otras ventajas. Está situada cerca de la carretera y se puede llegar en automóvil o en bus.
Por su ubicación estratégica, también es un sitio ideal para el avistamiento de aves y paisajes, para tomar fotografías y para acampar. El sitio está ubicado a 4 000 metros de altitud, en el flanco suroccidental del Chimborazo, por lo que el clima es frío y varía entre los 7 y 11 grados centígrados.
Para llegar hay que tomar la vía a Guaranda desde Riobamba. Hay buses de transporte público y también se puede ingresar en autos privados.