Cinco, cuatro. El remo se mueve de atrás para delante. Tres,dos,uno. La mano del juez golpea la parte trasera del kayak y el cronómetro empieza a correr. Abraham Herrera sale disparado. Mueve su cuerpo hacia la derecha y la izquierda mientras clava su remo en el agua cristalina del río Jondachi, en Tena. A su paso deja un surco en forma de zig zag.