El negocio se concreta en un local pequeño del norte de Quito. “¿Quiere sin factura? Si es así, la botella de whisky le sale a USD 35. Si lleva la caja es más barato, pero se la entregamos en otro lugar”, comenta un comerciante. La transacción es como cualquier otra, salvo que tiene las características propias del contrabando: precio barato y sin documentos.
El resultado de un estudio solicitado por la Asociación de Industriales Textiles en el Ecuador (AITE) a la compañía Profitas, en el 2010, señaló que el contrabando textil que ingresó al Ecuador entre el 2006 y el 2009 ascendió a USD 167 millones.