El vino es una combinación elegante para las fiestas y la experiencia al combinarlos con platos tradicionales puede resultar enriquecedora. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Acompañar con vino las celebraciones a Quito resulta, indiscutiblemente, una opción elegante que permite a los asistentes compartir una velada en la que prima el maridaje por sobre cualquier cosa.
“La fundación de Quito estuvo acompañada de la llegada de vino por parte de los españoles” cuenta Pablo Conselmo, enólogo de la Cofradía del Vino, para él aunque no exista una tradición acentuada de su consumo el producto está relacionado a la ciudad desde su conformación.
De hecho dos ferias de vinos se llevan a cabo en estas fechas previas al festejo a Quito. Hoy culmina la Feria de vinos y licores La Taberna (hasta las 22:00) y el 01 y 02 de diciembre se realizará el Wine Fest 2015 en el hotel JW Marriot.
Escoger un vino dependerá de gustos personales pero -guiados por sommeliers profesionales- la experiencia puede resultar enriquecedora. Para un breve repaso de los platos tradicionales, Conselmo recomienda algunas cepas para los cebiches un sauvignon blanc o vinos de buena acidez, mientras que platos o entradas como las empanadas o envueltos pueden funcionar con los torrontés argentinos, con el cuy un tempranillo y hasta con los secos un buen merlot.
El chef y propietario de La Casa Diamán, Damián Montarelo por su parte considera un tapeo también útil para una celebración de esta envergadura. Se torna el acompañamiento ideal para fiestas y shows de flamenco como los que se celebran en el restaurante en honor a la capital.
Así presenta platillos como la tortilla española, con papa ecuatoriana, calamares fritos y chistorras que permiten saborear los condimentos salados con la dulzura y contextura que traen ciertos vinos.
Santiago Reinoso, sommelier profesional de la División Licores de Almacenes El Juri, explica que en los maridajes se busca encontrar las afinidades de los comensales con los productos a servirse, “la idea es crear un puente para que los dos sabores –vino y comida- se potencien y que ninguno pese más que otro”, dice el catador.
Es así que en entradas de mariscos fritos como el calamar recomienda un chardonnay por su estructura y cuerpo frutal, para los jamones como el jamón serrano se asientan dos vinos jóvenes que pueden encajar perfectamente un merlot por tener una mediana intensidad, sabor frutal y fermentación carbónica y un malbec de media tanicidad, jugoso. El primero permite contrastar con la salinidad mientras que el segundo limpia el paladar por sus taninos nobles que ayudan a eliminar la grasa de los embutidos.
Las papas ecuatorianas combinadas en tortilla pueden ajustarse a los vinos de cepas por excelencia como el cabernet sauvignon y así las combinaciones serán infinitas sujetas solo a la creatividad y el gusto.
TORTILLA DE PAPA
La tortilla de papa se puede acompañar con un Cabernet Sauvignon de Navarro Correas. La línea del 2013 aporta la frescura y jovialidad con tono frutal para platillos con la papa como centro.
JAMÓN SERRANO
Acompañado con pan tostado que lleva ajo y tomate restregado se acoplan al Malbec de Mendoza, Argentina del 2014 contrasta con el sabor intenso del cárnico.
CHISTORRAS
El chorizo delgado cocinado a las brasas de carbón es un chorizo fresco que requiere de tintos fuertes. Se adapta el Malbec por que limpia el paladar.
CALAMAR
Llevan aliño de vino de jerez, limón y perejil y se fríen luego de pasar por harina. Lo crocante por fuera y suavepor dentro combina con un Chardonnay de la línea Los Árboles.