La visita del primer ministro indio Narendra Modi a Washington (EE.UU.) en junio no llamó mucho la atención fuera de la India. Pero es indudable que diplomáticos y expertos militares en Asia y otros sitios la observaron atentamente. Por buenos motivos: el reacercamiento entre las dos democracias más populosas del planeta puede definir el futuro del mundo.
Hay que destacar que en su discurso ante el Congreso estadounidense, Modi usó las palabras “socio” o “asociación” no menos de 15 veces. La declaración conjunta oficial emitida por ambos gobiernos describe a la India como “socio militar importante” de Estados Unidos, lo que le da acceso a tecnologías avanzadas con aplicación militar.
La relación entre la India y EE.UU. pasó de un frío distanciamiento a la proximidad estratégica en el transcurso de una generación (casi nada, en términos geopolíticos).
Vale la pena analizar los factores que explican este cambio, porque es probable que muchos sigan impulsando un mayor acercamiento bilateral. Un factor importante de la mejora en las relaciones fue el fin de la Guerra Fría, porque eliminó la posibilidad de que la India siguiera asociada a la Unión Soviética, así como su justificativo para la no alineación.
Un segundo factor es Pakistán. Por mucho tiempo, EE.UU. mantuvo una política imparcial hacia los dos países estratégicamente más importantes del sur de Asia. Sin embargo, durante la mayor parte de la Guerra Fría, a Pakistán se lo vio como país amigo, mientras que su gran rival, la India, pasaba por ser un país difícil. Visión que se reforzó cuando el territorio paquistaní se convirtió en ruta obligada para el envío de armas a los rebeldes afganos que luchaban contra los soviéticos.
Otro factor que impulsa la mejora de los lazos entre EE.UU. y la India es China, por un motivo mucho más básico que el conflicto de fronteras todavía no resuelto entre este país y la India. El ascenso de China da a los países con intereses en Asia un fuerte incentivo para aumentar su cooperación entre sí y con EE.UU. y así poder hacer frente al poderío político, militar y económico de Pekín.
El desarrollo de la relación bilateral también tiene un gran componente de política interna en ambos lados. El debilitamiento del partido Congreso Nacional Indio redujo la influencia de la fuerza política más asociada con el distanciamiento de Estados Unidos. A esto se suma que ya hay más de tres millones de estadounidenses de ascendencia india, que como muchas otras poblaciones inmigrantes, tienen cada vez más presencia. El acercamiento a la India se convirtió en una de las pocas cuestiones de política exterior en las que demócratas y republicanos coinciden. Es de prever que se mantendrá cualquiera sea el partido que controle la Casa Blanca después de las elecciones de noviembre.