España: ¿monarquía o República?

España tendrá nuevo rey porque así lo han dispuesto el actual rey, Juan Carlos, y el Gobierno de turno, con el apoyo de inmensas mayorías de los partidos políticos, de los círculos empresariales, los medios y un número desconocido de súbditos.

La mayoría de los ciudadanos pide que se realice un referéndum que les permita decidir si continúan con la monarquía o adoptan un sistema republicano.

Desafortunadamente, la mayoría de los españoles no tiene, por ahora, ni voz ni voto porque así lo dispone la Constitución de 1978, y en un país de leyes esto no es peccata minuta.

Escogido por el dictador Francisco Franco, Juan Carlos I fue proclamado rey de España en 1975, y la Constitución de 1978, que lo reconoce como el heredero legítimo, fue ratificada en un referendo popular. Pero, más allá del formalismo legal, Juan Carlos fue la figura central de la transición pacífica de la dictadura a la democracia en España.

Su función estabilizadora fue confirmada cuando evitó el intento de golpe de Estado de un grupo de la Guardia Civil bajo el mando del teniente coronel Antonio Tejero, el 23 de febrero de 1981.

De entonces a la fecha, lo que alguna vez fue un apoyo popular masivo al rey se ha venido deteriorando gracias a su fama de mujeriego, a sus controvertidos viajes a matar elefantes, a sus continuos problemas de salud y, sobre todo, al proceso penal contra su yerno, que sigue manchando la imagen de la Casa Real.
Peor aún, lo que las encuestas muestran es un divorcio total entre lo que hace la clase política y lo que la ciudadanía quiere que haga.

Un 62% de los encuestados por el diario El País espera que en algún momento se les consulte si desean continuar con la monarquía o prefieren un sistema republicano. Un 74%de los ciudadanos entre 18 y 34 años, es decir, los que no vivieron los delicados momentos de la transición de la dictadura a la democracia y no votaron en favor de la Constitución, quieren decidir qué modelo de Estado prefieren.Abogar por una consulta no necesariamente significa aprobación o rechazo al sistema monárquico o republicano.

La ciudadanía quiere ser consultada y la clase política quiere tratarlos como niños incapaces de decidir juiciosamente el tipo de gobierno que quieren tener.De Felipe se sabe poco porque su rango no le permite comentar temas de actualidad. A mí me tocó recibirlo en el periódico Los Ángeles Times.

Acostumbrado al diálogo con presidentes y políticos que continuamente visitaban el diario, no dejó de sorprenderme que cuando le hice una pregunta, uno de sus acompañantes se apresuró a decirme que su majestad no daba declaraciones políticas a los medios. Se sabe que es un hombre preparado desde la infancia para ser rey y no lo dudo. Pero el debate actual no es sobre la personalidad y la preparación del joven monarca.

El debate que hoy enfrentan los españoles es el futuro del sistema político. Merecen ser escuchados. 

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