La crisis financiera impulsó a los gobiernos a tomar medidas para contrarrestar sus efectos. Se expandió el gasto público para evitar una caÃda más fuerte de la producción y del empleo.
Asà mismo, dado que la crisis se generó en el sector financiero, los gobiernos tuvieron que asignar ingentes recursos para mantener a flote sus sistemas financieros.
Las medidas fiscales, asà como el monto de los rescates financieros, generaron graves desequilibrios. Esta situación se tornó más dramática en paÃses que habÃan mantenido déficits fiscales durante la expansión y que los habÃan financiado con deuda pública.
El primer paÃs en experimentar el colapso de su sistema financiero y de su economÃa fue Islandia.
La crisis en este paÃs pasó desapercibida, pero en realidad la caÃda de su sistema financiero contaminó a bancos importantes de Europa. Luego vino la crisis fiscal de Grecia, que habÃa financiado sus déficits mediante una polÃtica de agresivo endeudamiento externo. El gobierno saliente maquilló las cifras económicas y financieras haciendo aparecer un déficit fiscal mucho menor que el real.
Al nuevo gobierno le tocó la ingrata tarea de conciliar las cifras y develar la verdad de los hechos.
Grecia estaba viviendo más allá de sus posibilidades y se venÃa la hora de saldar la cuenta. La corrección fiscal fue inevitable. España con un alto déficit fiscal también ha adoptado medidas impopulares.
España, una de las economÃas más importantes de Europa, se vio inmersa en una burbuja inmobiliaria que finalmente hizo crisis.
Los grandes bancos de España, gracias a una prudente regulación, pudieron enfrentar la crisis sin mayores sobresaltos. Pero la mitad del sistema financiero español está compuesto por las llamadas cajas, que son instituciones de ahorro y crédito que se dedican entre otras operaciones a financiar a promotores inmobiliarios.
Durante la expansión económica las cajas aumentaron agresivamente los préstamos de viviendas y hoy están en problemas. El Banco de España ha tenido que intervenir a una de las cajas de ahorro y asumir su control.
Cuatro cajas de ahorro planean fusionarse para formar el quinto mayor grupo financiero del paÃs. Portugal e Italia anuncian medidas de austeridad para equilibrar sus cuentas. Las acciones fiscales tomadas por los paÃses en problemas se traducirá en un crecimiento negativo y en un incremento de las tensiones sociales.
El peligro a corto plazo, es que la crisis se vaya de las manos y contamine a los bancos profundizando la crisis y poniendo al sistema monetario europeo en graves problemas.
El contagio a los sistemas financieros de los paÃses en crisis parece inevitable, lo que demandará otra ayuda extraordinaria para evitar la caÃda en serie de importantes bancos europeos. En este escenario es poco probable que el euro pueda subsistir.