Tras una emotiva ceremonia, 61 agentes caninos de la Policía Nacional se despidieron de la institución donde trabajaron entre ocho y 10 años. Tras dejar la vida policial, los perros serán animales de compañía.
Los perros recibieron unas palabras de reconocimiento de las autoridades de la Policía Nacional, quienes enfatizaron la “amistad” que se genera entre los guías y sus canes en el trabajo diario, por lo que se vuelven verdaderos compañeros. Luego dedicaron una plegaria a sus fieles amigos y se realizó una bendición para que su nueva vida como mascotas esté llena de felicidad.
Nike trabajó en el aeropuerto de Guayaquil en la unidad antinarcóticos. Él fue uno de los perros de la Policía Nacional que recibió la baja y fue adoptado por su compañero humano. Foto: Víctor Muñoz / Narices Frías
36 de ellos vivirán con las familias de quienes fueron sus guías. Es el caso de Gali, un pastor alemán de nueve años que sirvió como compañero del oficial Byron Abata. El agente canino trabajó en el área de relaciones públicas y show y también como guardia y defensa. “Fue un gran apoyo en el control del orden público durante manifestaciones”, recuerda Abata.
El oficial lo recibió al final de una alfombra roja con un gran abrazo. Ahora vivirá con él en Latacunga, donde tendrá un espacio amplio para jugar y muchas atenciones.
También fue el caso de Nike, un perro de nueve años que trabajó en el Aeropuerto de Guayaquil. Su compañero José Arévalo lo llevará a la casa de su familia. “En tres años logró ocho detecciones de droga en su puesto de trabajo“, indicó con orgullo. Ahora será parte de su hogar.
Los otros canes fueron adoptados por familias pre-seleccionadas. El Centro Regional de Adiestramiento Canino (CRAC) recibió varias aplicaciones de familias interesadas en adoptar. Finalmente 26 fueron seleccionadas luego de un proceso de verificación y se reunieron con los nuevos integrantes de su hogar.
Hada, una perra mestiza de dos años, recibió la baja y se reunió con su nueva familia. Carlos Jara recibió a la pequeña que trabajó durante este período en relaciones públicas y show. La perra no pasó las pruebas para entrar a la división de antinarcóticos, por lo que se decidió darla en adopción.
César Romero fue su guía durante los dos años de trabajo y la despidió con profunda tristeza. “Se merece un hogar que le de mucho amor y que la cuide, porque es una excelente compañía”, dijo al entregarla a su nuevo papá.
“Nos da una gran tristeza ver partir a nuestros compañeros caninos”, dijo el Mayor de Policía Iván Ayala, director del CRAC. “Pero sabemos que se merecen un descanso y que disfrutarán ser parte de una familia que hemos escogido con toda la rigurosidad”.
Los canes que fueron dados de baja han trabajado en distintas especialidades: guardia y defensa, relaciones públicas y show, antinarcóticos, búsqueda de personas, entre otras. “Algunos trabajaron en Pedernales durante el terremoto del 16 de abril del 2016 y otros consiguieron la identificación y posterior incautación de varias toneladas de droga“, comentó Ayala.
Antes de ser entregados a sus nuevas familias, los animales pasaron un proceso de evaluación física y psicológica para determinar que cumplían con las condiciones necesarias para integrarse a la vida civil.