Suiza, suiza você me mata

Aficionados de Suiza en los graderíos del estadio de Brasilia

Aficionados de Suiza en los graderíos del estadio de Brasilia

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En la final de México 86, los mexicanos decidieron apoyar a Alemania en la final con Argentina.

Algunos argentinos acunaron unos de esos enojos que suele dejar el fútbol. Tal vez esa es la mejor imagen que pudiera expresar mejor la sensación de ver a brasileños y suizos celebrando.

Más cuando parodiaban el Sí se puede con frases sin sentido en un idioma desconocido. Así empezó la celebración envidiada por los ecuatorianos.

Pero el fútbol suele tener imágenes instantáneas como si fueran sacadas con una cámara Polaroid: son de impresión rápida y con el tiempo se borran.

El locutor uruguayo-argentino Carlos Víctor Morales fue uno de los afectados por el desplante mexicano. Juró que no volvería a tierras aztecas, pero con los años volvió por su hijo que estudió allá.

La postal instantánea fue endeble. En un mercadillo de comidas frente al estadio suizos, brasileños, ecuatorianos, mexicanos ya se dieron la paz. La fiesta estaba prendida. Se escuchaba a todos cantar: Suiza, Suiza você me mata en honor a la popular Ai se eu te pego de Michel Teló. No hay paz que no llegue con comida y los odios se diluyan con cerveza.

El fútbol es muchos momentos de euforia y odio y muchos más de alegría, diversión y más en la ciudad que para los ecuatorianos se firmó la paz hace tantos años.

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