“El libro es fuerza, es valor, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial de amor” Rubén Darío.
El tiempo no pasa en vano, la vida a la corta o a la larga nos pasa factura, dicen “que el que va pa’ viejo va camino a la decrepitud”, este es un dicho popular, no es del todo cierto porque el que se prepara para envejecer con dignidad mantiene un espíritu joven. En fin… para no perder la memoria hay que leer. “Así como el amor es el alimento del alma, la lectura es del intelecto”. El día que la lectura desaparezca, el alma de la sociedad vivirá sin uno de sus órganos vitales que bombea el conocimiento, no habrá libertad de expresión, más estará sujeta a la postración de los sentidos y sometida a las redes de la ignorancia. Recomendación para padres y maestros, hagan leer a sus niños, jóvenes o adultos, señores de 60 y piquito cojan la prensa, revistas, libros y ejerciten la lectura para que su cerebro no tenga como huésped al temido alemán Alzheimer y los ojos se lubriquen.