Benjamín Rosales, internacionalista e historiador.
¿POR QUÉ ESTÁ AQUÍ?
Su experiencia. Ex Gobernador del Guayas. Internacionalista e historiador. Autor de históricos.
Su punto de vista. La gestión como Alcalde, más que la de Presidente, hace a Febres Cordero merecedor de un monumento
¿Cabe o no levantar un monumento a León Febres Cordero, ex alcalde de Guayaquil y ex presidente?
León Febres Cordero fue uno de los hombres más importantes de Guayaquil y del Ecuador en el siglo XX. Fue un alcalde especial para la ciudad, ya que la sacó del desorden y la suciedad. Cuando decidió correr por la Alcaldía fue en un acto de amor por su ciudad, y el cambio ha sido radical: una verdadera revolución física y de actitud de los ciudadanos.
Entonces, ¿se merece como Alcalde un monumento, no como Presidente, ya que ahí fue muy cuestionado?
Él, como muchos presidentes, ha tenido cuestionamientos. Hubo mandatarios guayaquileños como Vicente Rocafuerte o García Moreno. En su caso (Rocafuerte) la estatua se hizo 40 ó 50 años luego de su muerte. La de García Moreno fue casi 100 años después, por la pugna conservador liberal. A pesar de los grandes cambios en el país, García Moreno tuvo cuestionamientos, porque los hizo a través de un grupo conservador clerical, la fuerza de la Iglesia en el Estado, y como Guayaquil era liberal se tardó en levantar su monumento.
¿Se lo merecía?
Se lo merecía igual. Tuvo sus excesos como presidente, como los tuvo Vicente Rocafuerte, Eloy Alfaro, quienes tienen monumentos en Guayaquil. Febres Cordero, hayamos sido partidarios de él o no, yo no lo fui porque no estuve de acuerdo con su prepotencia y autoritarismo, se merece la estatua como Alcalde.
¿A quién corresponde decidir un monumento?
Los monumentos de las ciudades del mundo, desde la época romana, y en América, son cosas de las ciudades, cada ciudad decide.
¿No es el Gobierno?
Generalmente, un sector ciudadano pide a la ciudad un busto, monumento o nombre a una calle, y es el Cabildo el que decide.
¿En este caso, el Municipio está en lo correcto?
Creo que sí. Hubo un pedido de un grupo de ciudadanos porque Febres Cordero ha tenido muchos partidarios y admiradores.
¿La planchada del barrio Las Peñas es el lugar ideal?
Creo que esta controversia que crea el Instituto de Patrimonio Cultural está mal enfocada y tiene mucho de político.
¿Por la política crítica a Febres Cordero del Gobierno?
Responde a la postura política del Gobierno y a la controversia con el Partido Social Cristiano. Luego de muchos años, un grupo de partidarios querrá hacerle un monumento al presidente Rafael Correa, cuando él haya fallecido, y seguramente se lo va a merecer, a pesar de que habrá un grupo de críticos que va a decir que no.
¿Hasta podrían pasar 100 años como García Moreno?
En el caso de Febres Cordero, hay una gran mayoría de ciudadanos que quiere ver su estatua. Eso pasó con Pedro Carbo, que no llegó a ser presidente pero fue un hombre ilustre en la ciudad.
La ciudad está llena de monumentos menos polémicos.
La ciudad tradicionalmente ha reconocido a hombres y a mujeres ilustres. Se reconoció a Simón Bolívar, a Sucre, la Columna de la plaza del Centenario es a los próceres del Nueve de Octubre. Guayaquil es una ciudad que, por tradición, agradece con monumentos a quienes la han servido.
¿No le parece justo que, si Febres Cordero hizo un gobierno represivo, se replantee dedicarle una estatua?
Desde el punto de vista histórico es completamente merecido que él tenga el monumento, más allá de su presidencia que puede haber tenido excesos, quizás justificados por el riesgo de caer en una ola de terrorismo.
¿Solo por su Alcaldía?
Como Presidente puede haber más controversia, ya que algunos que no estuvieron de acuerdo con su carácter autoritario y prepotente. Pero a mí, él me recuerda mucho al mandatario actual.
¿Todo responde a las preferencias del Gobierno?
Es solo una postura política y a la controversia que ha tenido el Gobierno con el Municipio.
¿El cambio de nombres del complejo de puentes es una consecuencia de eso?
Es desafortunado. Bien pudo haber llamado Puente de la Unidad Nacional al conjunto de cuatro puentes, y cada uno debió tener un nombre distintivo.
Para ese cambio se hizo un concurso, pero al puente de Quevedo se le puso el nombre del papá de Vinicio y Fernando Alvarado y punto…
Hay una manipulación de eso. Son los municipios, los llamados a levantar monumentos o poner nombre a puentes. Al monumento de Alfaro, el Municipio lo puso en un lugar visible, a pesar que hay gente que no lo quiere porque tuvo excesos, pero Alfaro es emblemático para este Gobierno…