El debate de la Ley de Comunicación ha enfrentado al país en posiciones contrapuestas, unos a favor, otros en contra. ¿Cuál es la posición de su gremio?
La base fundamental de cualquier agrupación, no solo de carácter gremial, sino también social, es la libertad de expresión. Obviamente, dentro de los conceptos de respeto y cordialidad con la ciudadanía y con las leyes. En este sentido, la Ley de Comunicación es un marco referencial no muy agradable.
¿Qué es para usted la libertad de expresión? Parece un término muy amplio…
Es poder expresar mi opinión sin el temor y el riesgo de ser cualificado o señalado por mis ideas o mi forma de pensar.
Entonces, ¿ve innecesaria una Ley de Comunicación que regule a los medios?
No estoy opuesta a la Ley de Comunicación. Considero que debe haber una. Pero creo que debe ser una Ley donde se establezcan reglas y parámetros con una tendencia al mejoramiento continuo de los medios.
El problema en el país pasa por un deterioro cultural. Y, en este sentido, no solo los medios deben ser respetuosos, sino que toda la sociedad debe serlo. En una sociedad democrática deben existir reglas y normas para la buena convivencia ciudadana. Pero una cosa es el cumplimiento de la Ley, o la aplicación de la norma, y otra muy diferente es la discriminación que pueda darse contra algún sector.
Según usted, ¿el proyecto de Ley de Comunicación es discriminatorio?
Los deberes y los derechos deben ser los mismos, para mí como individuo, o como gremio o como medio de comunicación. Todos tenemos un marco general de aplicación de valores, de comportamiento ético. Pero no tengo por qué ser discriminado solo por ser un medio de comunicación o por tener tal pensamiento o tal ideología.
Cuando un canal de televisión encontró ese centro que parecía que no era muy legal para el efecto de las votaciones en Guayaquil, se lo penalizó con la censura. Ese no fue el mecanismo más acertado. Hoy los medios hacen cada vez más periodismo de investigación, pero si hay esa mordaza para que puedan mostrar lo que han encontrado, muchas cosas podrían quedar escondidas, traspapeladas. Entonces, ahí veo un acto de discriminación abierto. Y lo grave de ese tema es que luego nos encontramos con sociedades antidemocráticas, donde uno no puede expresarse libremente.
Quienes defienden la Ley aseguran que influirá para que los medios cambien sus procesos y sean más prolijos en el desarrollo y presentación de la información. ¿Cree que será así?
Los medios de comunicación, como todos los actores de la sociedad cometen errores. Obviamente, a veces pueden haber exageraciones. Sin embargo, en una sociedad globalizada, como lo son todas las sociedades del mundo actualmente, incluida la nuestra, es necesario que existan los medios de comunicación. Vivimos en la era de la información y, no en vano, incluso se la ha llamado como “sociedad de la información”. Los medios, de cualquier manera, deben estar presentes y ser parte de nuestras vidas cotidianas.
Esos errores de los medios, supuestamente, es lo que se quiere evitar que suceda, al aplicar la Ley…
Claro que estoy de acuerdo con que se reglamente, pero en una sociedad democrática debemos partir de que todos los ciudadanos tenemos iguales deberes y derechos. Entonces, la Ley tiene que conceder esos deberes y derechos a los medios de comunicación como a todos los otros ciudadanos. pero entonces, no sé por qué cuando se comunica una propaganda oficial sí puede ir sin ningún tipo de limitaciones y la privada no. Ahí es cuando se da la discriminación y eso se debe evitar.
Como gremio y ciudadana, ¿qué es lo que usted espera de un medio?
Mucha apertura, información, transparencia e investigación. Los medios me ayudan a disponer de información. Si a mí me aíslan de la televisión, de los periódicos y de la radio me quedo cruzada de pies y manos. Es vital el papel de los medios, pero claro, bajo un paraguas de transparencia y de ética, para que la información que nos llega sea lo más fidedigna posible.
¿El Colegio de Economistas propone algo para hacer una mejor Ley?
Actuar como veedores ciudadanos de la información que nos entregan los medios. Sugerimos que estas veedurías sean gremiales y no de agrupaciones improvisadas. Los colegios profesionales tenemos una buena trayectoria demostrada en el tiempo, podemos ser veedoras.
Los gremios son acusados de trampolines políticos…
No todos. La esencia de un gremio es proponer soluciones.