La hondonada por donde recorre el agua de los deshielos del Carihuairazo. Fotos: Cortesía Junta Parroquial Yanayaku
Un manto blanquecino cubre las montañas donde se encuentran los páramos de Sachahuayco, en Mocha. Es imposible divisar la parte sur del imponente Carihuairazo debido a las constantes lluvias y neblina en la zona, ubicada entre los 3 500 y 4 600 metros sobre el nivel del mar. El frío es intenso en la hondonada.
Las últimas precipitaciones en el sector originaron deslaves en varios caminos y en las fuentes donde se capta el agua. Un grupo de trabajadores y dirigentes de la Junta Administradora de Agua Potable y Alcantarillado de Yanahurco tuvieron que ingeniárselas para llegar a los sectores afectados, el martes de esta semana.
Allí constataron que hubo varios aluviones que destruyeron tuberías y desviaron el agua que caía por un barranco. Los dirigentes analizan convocar a una gran minga para arreglar la zona o contratar trabajadores.
Juan Espinoza, presidente de la Junta Administradora, indicó que la visita de los más de 4 000 socios originaría un daño al páramo. Teme que con la caminata de los voluntarios se destruyan los musgos, almohadillas y pajonales. También, que se dejen desperdicios en la zona alta que puedan provocar incendios forestales en la época de verano.
El presidente, Juan Espinoza, es parte de las mingas y recorridos que se realizan una vez a la semana en las 150 hectáreas del páramo.
“El ecosistema del páramo se ha restaurado porque hay un aumento en el caudal del agua. Vamos a analizar con la directiva estos arreglos”, aseguró Espinoza.
La Junta Administradora de Agua Potable y Alcantarillado de Yanahurco conserva, desde octubre de 1998, el páramo de Sachahuayco, ubicado en el sur de la loma Chillabullo y en la zona de amortiguamiento del Carihuairazo.
Ellos adquirieron 150 hectáreas con fines de conservación, a un costo de USD 50 000. Así evitan la contaminación del suelo con el ganado bravo y caballos.
Se impidió, asimismo, que los campesinos traspasasaran la frontera agrícola con la siembra de papas, cebollas y hortalizas. De igual manera, retiraron a los semovientes y colocaron una cerca con alambres de púas, plantaron árboles polylepis y plantas nativas, formando una barrera natural.
Geografía.Desde varios sectores del páramo de Sachahuayco se puede divisar los imponentes Chimborazo y Carihuairazo.
Otra de las acciones fue contratar a un guardia que recorre varios días a la semana los linderos. Así se evita que los vecinos los invadan para que alimenten a su ganado.
“Las zonas donde pastaban las vacas y toros están en lo alto. Esas plantas logran retener y captar el agua y eso es nuestro tesoro”, indicó Espinoza.
La actual administración intenta adquirir otras 200 hectáreas de páramo a uno de los hacendados de la zona. La idea es tener los dos lados de la montaña y la hondonada para lograr un crecimiento sostenible del ecosistema.
Según Karina Guanoluisa, técnica de laboratorio de la Junta Parroquial, al ser propietarios de esas tierras se evitaría seguir sembrando y que el ganado continuara pastando en la zona. Además, se recuperarían los pequeños ojos de agua y vertientes de la zona.
“El líquido que nace en la zona cumple las características físicas, químicas y bacteriológicas que solicitan las autoridades. Es importante cuidar estos páramos maltratados para tener agua en el futuro y evitar las sequías”, aseguró Guanoluisa.
El agua que nace en los páramos se distribuye a 4 260 viviendas en los cantones de Mocha, Cevallos, Tisaleo y a dos parroquias rurales de Ambato, con un proceso previo de potabilización en dos plantas.