Los tatuajes decoran el cuerpo desde antiguas civilizaciones. Lo que revocan en la piel para que sean permanentes se demuestra en una fascinante ilustración realizada por TED Ed. La red que ha popularizado ideas a través de charlas grabadas se enfocó en los tatuajes como materia prima.
En el video se describe que existe un balance delicado entre el cuerpo y la tinta que lo invade. El organismo sigue luchando contra este elemento ajeno por siempre.
Las agujas de los tatuajes pasan la epidermis -capa externa de la piel- y conducen la tinta hasta la dermis, la piel interna que esta constituida por nervios y vasos sanguíneos. Las pistolas de tatuajes insertan agujas diminutas con tinta a una frecuencia de 50 a 3000 veces por minuto.
Cada aguja que penetra causa una herida que alerta al cuerpo como un proceso inflamatorio. Entonces se envía una señal a las células del sistema inmunológico para que éstas se dirijan al sitio de la herida, o múltiples heridas en el caso de los tatuajes, para actuar en su defensa.
Las células macrófagos vienen al rescate. Se comen la tinta en su afán por limpiar la inflamación.
El resto de la tinta se absorbe en las células conocidas como fibroblastos. Aunque algunas logran retirar la tinta, la mayoría queda dentro de estas células suspendidas en la dermis perpetuamente.
La tinta que queda entonces atrapada en estas células y eso es lo que se ve por fuera de la piel.