Durante el último festival de los cuvivíes se realizaron presentaciones tradicionales. Foto: Cortesía Ministerio de Turismo
El fenómeno se repite cada septiembre en Ozogoche. Unas pequeñas aves grises llegan volando desde el sur del continente para caer en picada en la laguna y morir.
Las aves fueron nombradas cuvivíes por los comuneros del lugar. Ellos piensan que llegan atraídas por la energía especial que irradia la laguna, y que ofrecen sus vidas como un sacrificio. Mientras, investigadores científicos debaten otras posibles razones.
Pero lo cierto es que ese misterio atrae a centenares de turistas cada año. Los comuneros aprovechan la afluencia de visitantes para promover emprendimientos turísticos y pequeños negocios de comida.
“Los antiguos cuentan que los pájaros desde las alturas miran algo en el centro de la laguna que les atrae por eso vuelan en picada hasta caer y luego se mueren”, dice Ángel Charicando, un yachac de la zona.
Otros yachacs como Beatriz Cubi afirman que el agua de la laguna tiene poderes medicinales y que es milagrosa.
“Las enfermedades pueden curarse tomando un baño energético en la laguna. Hay que saber qué hierbas mezclar y a qué hora ingresar, desde las 04:00 hasta las 06:00, por ejemplo, el agua es caliente”.
Ellos ofrecen cabalgatas por la orilla de la laguna, platos típicos con productos andinos y truchas pescadas en el lugar, hospedaje, guías nativos para recorridos y otros servicios.
La llegada de los cuvivíes se festeja cada año con un ritual ancestral y un festival artístico, organizado por el Municipio de Alausí, con el apoyo de los ministerios de Ambiente y de Turismo y otras instituciones gubernamentales.
“Esta es la ocasión perfecta para mostrar el encanto de nuestras comunidades y los atractivos naturales de Alausí. No solo ofrecemos a los visitantes un paisaje bello, sino la oportunidad de conocer y convivir con los habitantes de las comunidades”, dijo Manuel Vargas, alcalde de Alausí.
El Cabildo invierte cada año cerca de USD 15 000 en la organización del festival. La gran cantidad de visitantes que arriban a las lagunas durante la temporada también genera movimiento económico en la pequeña ciudad.
La oferta hotelera queda corta, hay más comensales en los restaurantes y más viajeros que aprovechan la cercanía para realizar el recorrido en tren hasta la Nariz del Diablo, una montaña que se caracteriza por la inusual ruta.
Este año el festival de los cuvivíes, que se realizó el fin de semana pasado, tuvo danzas autóctonas, teatro, música, y una ceremonia andina presidida por Ana María Guacho, una yachac de Chimborazo.
Al menos unos 1 200 turistas han visitado las lagunas desde que se inició la temporada de los cuvivíes, que dura hasta mediados de octubre. Llegan desde Guayaquil, Quito, Ambato, Riobamba e incluso desde el extranjero.
Los comuneros se prepararon para emprender pequeños negocios en la temporada alta. Ellos elaboraron artesanías y prendas de vestir que se expusieron en varios puestos que se colocaron frente a las lagunas.
Este es el evento más importante del año, el más esperado por los habitantes de las 12 comunidades aledañas a la laguna. Es cuando más turistas nos visitan y una oportunidad para ganar algo de dinero adicional, cuenta Charicando.
Algunas familias se organizaron para ofertar recorridos guiados por los páramos, también paseos a caballo y botes. Estos servicios cuestan desde los USD 3. Asimismo se colocaron al menos unos 40 puestos que ofrecen comidas típicas como choclos cocidos, habas, cuyes, entre otros.
Las lagunas de Ozogoche están ubicadas a unos 40 minutos de Alausí.
Clima
Ozogoche está en pleno páramo (a 3 200 metros). La temperatura varía entre los cuatro y nueve grados.
Turismo
Los visitantes deben acudir con ropa abrigada, zapatos impermeables, guantes y gorro, por el clima.
Para llegar
Hay que tomar el desvío de la Panamericana Sur en el sector de Charicando. La entrada no tiene costo.
Comunidad
Hay espacios para parqueadero; chozas, para hospedaje; espacios para acampar, y restaurante.