Perros callejeros en el barrio Ferroviaria Baja, en el sur de Quito. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Las declaraciones del alcalde de Loja, José Bolívar Castillo, de “desaparecer” a los perros callejeros son parte del debate diario de los ecuatorianos. Sin embargo, en otras ciudades también se ha ventilado la idea de deshacerse de los canes. Todas han sido criticadas.
En el 2015, el alcalde de Melgar, Arequipa, Perú, Edwin Martínez, fue criticado por su anuncio de sacrificar a los perros callejeros para evitar que se propaguen enfermedades como la rabia.
“¿Preferimos la muerte de un niño que pueda ser contagiado con rabia o tomamos medidas radicales?”, dijo Martínez, quien anunció que los perros callejeros serán internados en una perrera municipal y eliminados con una inyección si nadie los reclama en 72 horas, según una noticia publicada en el diario peruano El Comercio.
La abogada arequipeña Elda Neyra señaló: “Si bien la ley que protege a los animales aún no fue publicada, podemos interponer denuncias que impidan la matanza de estos animalitos”.
En tanto, la defensora de los animales Nadia Pizarro indicó que sacrificar animales es una medida retrógrada. “Lo que debería hacer el Estado, y tiene presupuesto para eso, es lanzar campañas de vacunación antirrábica para animales domésticos y de la calle”, sostuvo.
De regreso a Ecuador, debido a las críticas, el alcalde Castillo cambió su propuesta inicial. La mañana del 13 de junio del 2016 habló de su nueva propuesta: crear un cuartel general para estos animales. También retó a los críticos que anunciaron marchas para rechazar la medida para que adopten a un perro callejero cada uno.
En este año las medidas para controlar la población de los perros y gatos callejeros también produjeron roces en Marruecos.
Activistas defensores de los derechos de animales lanzaron la etiqueta #JesuisBoby (Soy Boby), que incluye a más de 500 miembros, para denunciar las campañas de matanza de perros errantes que se organizan repetidamente en el país tras la aprobación de una ley en 2013.
Una de las promotoras del grupo, Lubna Ketani, llamó a promover las campañas de vacunación de estos perros y de esterilización para contener la extensión del virus de la rabia, como alternativa a la matanza de estos animales.
“Es nuestro deber y responsabilidad proteger a estos perros”, anunció la activista que añadió que cada año los mataderos de Casablanca sacrifican entre 5 000 y 8 000 perros vagabundos. Paralelamente una campaña de recogida de firmas fue lanzada en la web Avaaz para reclamar la abrogación de esta ley y ha recogido hasta ahora 148 411 firmas.
Los promotores de la campaña consideraron que la ley 56.12 sobre la prevención y la protección de las personas contra los peligros de los perros se ha convertido en “un exterminio programado de la raza canina en Marruecos”.
Esta normativa fue aprobada en la Cámara baja del Parlamento marroquí en 2013. La campaña de protección animal llega tras la indignación generada en las redes sociales tras la publicación de un video que mostraba a un grupo de agentes matando con fusiles a perros errantes en la región de Salé.
Previamente, en el 2014, la muerte de perros en México llamó la atención de los defensores de los animales. A través de las redes sociales se denunció la matanza de perros callejeros con pollo envenenado en el municipio de Villa de Tezontepec, en Hidalgo.
En el espacio de Facebook ‘Protección Animal Villa De Tezontepec’ se mencionó que esparcieron sobre banquetas y áreas verdes de la plaza central pollo con algún tipo de veneno, que los perros comieron.
Los vecinos fueron alertados por los aullidos que emitían los perros en su agonía. Al lugar acudió personal de la presidencia que se encargó de recoger a los animales, algunos aún vivos, aseguran, fueron lanzados con violencia por estas personas.
Otros vecinos no dudaron en que fueron ellos los que pusieron la carne envenenada como una forma para acabar con los perros callejeros.