El encuentro en Ibarra inició hace cuatro años por iniciativa del pueblo Karanki, la Federación de Indígenas y Campesinos de Imbabura y Movimiento de Economía Solidaria. Foto Archivo: José Luis Rosales /EL COMERCIO
Edwin Cantincuz, indígena de la nacionalidad Awá, alista un cargamento de naranjillas, guabas, caña de azúcar y plátanos, que cultiva en Rioverde, situada a un costado de la vía Ibarra-San Lorenzo.
Los últimos días, preparaba la cosecha con la idea de asistir el sábado próximo al Trueque de Semana Santa, que cada año se realiza en la capital de Imbabura.
Luz Cabrera, de la comunidad kichwa de Angla, Otavalo, también hacía lo mismo, al otro extremo de la provincia.
Con la ayuda de sus hijos juntaba su cosecha de habas, maíz, fréjol, trigo, arveja, cebada…
El objetivo de los dos campesinos es participar en el intercambio de los alimentos que se cultivan en la zona tropical con los de la zona fría.
“Se trata de una práctica milenaria, que refleja la sabiduría y solidaridad de los pueblos ancestrales”. Así comenta Rocío Cachimuel, presidenta de la Federación de Indígenas y Campesinos de Imbabura (FICI).
Desde hace cuatro años, el parque Monseñor Leonidas Proaño, de la ‘Ciudad Blanca’, es la sede de este encuentro, que se realiza dos veces al año. El primero se desarrolla previo a la Semana Santa y el segundo antes del Día de los Difuntos.
“La idea es abastecerse de alimentos frescos, para elaborar las comidas de temporada”, asegura Cachimuel.
La cita es organizada por la FICI, el Movimiento de Economía Solidaria de Ecuador (Messe) y el Municipio de Ibarra.
El año anterior aproximadamente 1 000 personas respondieron a la convocatoria para el intercambio, en donde el dinero no tiene cabida.
Entre los principales protagonistas estuvieron indígenas awá, kichwas y afrodescendientes. Sin embargo, también asisten mestizos que habitan en la ciudad de Ibarra.
Pero, no es el único sitio de Imbabura en donde se practica el trueque de forma colectiva.La ciudad de Pimampiro, situada en el nororiente de la provincia, también se prepara para el encuentro alternativo de productores.
El denominado Trueque de Semana Santa de Pimampiro comenzará a las 18:00 del viernes y concluirá a las 16:00 del sábado. Ahí el intercambio se realizará durante toda la nochey madrugada. Según Óscar Narváez, alcalde de Pimampiro, el año anterior asistieron aproximadamente 5 000 personas.
“Esta es la mayor feria de trueque que se realiza en el país. Asisten campesinos del norte de Ecuador e, incluso, del sur de Colombia”.
Esta vez, el encuentro se realizará en el Polideportivo de Pimampiro, en donde se instalarán 120 carpas, para dar facilidad a los asistentes.
Pero además se desarrollarán actos paralelos como el foro académico Trueque, identidad de nuestro pueblo.
Entre los invitados a la reunión están Juan Ponce, representante de la Flacso, y Diego Cabezas, director zonal del Instituto de Economía Popular y Solidaria.
Según Rolando Cangás, miembro del Messe, Pimampiro ha sido objeto de investigaciones por la práctica del trueque que aún se mantiene. “Incluso se institucionalizó la cita, hace dos años, cuando fue la sede del Año Internacional del Trueque”.
El arqueólogo José Echeverría, miembro de la Academia Nacional de Historia, comenta que Imbabura fue un sitio de interés de intercambio desde la época prehispánica. “Había dos puntos definidos: en Pimampiro y en Salinas”.
El primero permitía el intercambio de productos de las tierras altas y las bajas. Pero, además de la población de la zona andina con la de la actual Quijos, en la Amazonía. Mientras tanto, en Salinas (en Imbabura) se relacionaban los pueblos de la Costa y de la Sierra.
Entre los productos más cotizados de la región, antes de la llegada de los españoles, estaba la coca, el algodón y alimentos variados. Los datos corresponden a la Monografía de la parroquia Pimampiro, de Luis Martínez de la Vega, realizado en 1956.
Esa investigación también asegura que el movimiento intercomercial se realizaba varias veces al año. Y entre sus protagonistas estaban pueblos del sur, centro y norte de los actuales territorios de Ecuador y Colombia.
Ellos intercambiaban productos agrícolas, plumas de aves, joyas, conchas, condimentos, armas, prendas de vestir…
Según Echeverría, los actuales protagonistas del trueque de Pimampiro son herederos de esta tradición milenaria.
Comenta que aunque en la mayoría de comunas de la Sierra se mantiene el intercambio individual, en Pimampiro es el único sitio del país donde sobrevive el intercambio colectivo. De ahí su importancia.