“Es fundamental renovar la cultura para tener una nueva economía y una
nueva política”, Amaru Cholango. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
El artista Amaru Cholango regresó al país. El 20 de julio de 2017 presentará su nuevo libro. EL COMERCIO conversó con él sobre varios aspectos de su trayectoria.
Las últimas décadas vivió en Europa, ¿por qué decidió volver al país?
Como dicen, la tierra llama. Siento que hay mucho que hacer por la cultura local y el tiempo se va. De una forma poética diré que el barco ya está listo para partir y hay que despedirse. También regresé porque hay el peligro de que el Gobierno alemán se apodere de mis obras. Ya empecé a conversar con algunas instituciones locales para donar mi obra porque quiero que se quede en manos de los ecuatorianos.
En redes sociales, dice que busca un diálogo social, ¿cuál es su propuesta?
Estoy proponiendo un diálogo que tiene que estar asentado en tres pilares; la cultura que es la cabeza (huma); la política, que es el corazón (shungo); y la economía que es el estómago (wiksa) son espacios que están separados pero que deberían estar interrelacionados. Es fundamental renovar la cultura para tener una nueva economía y una nueva política. Solo de esa forma podremos conseguir identidad.
¿Cómo cambió su estancia en Europa la visión que tenía del arte?
Antes de viajar a Europa fui profesor de matemáticas en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central. Mi formación siempre estuvo orientada al tener y no al ser. Cuando estudiaba en Inglaterra estuve en la Galería Nacional y en el Tate Modern de Londres. En esa visita me di cuenta que necesita encontrar lo que se escondía en el fondo de mi ser y sentí que el arte era el camino. Antes de llegar a Europa mi conocimiento del arte era escaso. Allá empecé mi formación desde cero.
Su obra ha estado atravesada por dos lenguajes: el andino y el occidental, ¿cómo ha sido trabajar entre estos dos mundos?
Creo que sin pasadono existiría presente ni futuro. En las cenizas del ayer hay que sembrar las llamas para el mañana. Si no lo hacemos nuestro arte se convertirá en una copia de occidente. Durante mi autoexilio me di cuenta que los indígenas hemos perdido nuestras raíces. Es importante recuperarlas y ponerlas en diálogo con la contemporaneidad.
¿En estos años ha cambiado su visión de lo que puede ser un artista?
El arte es sobre todo pensamiento, así que un científico puede ser artista. Para mí el arte no está asociado solo a la belleza sino también a la fealdad, a la muerte, a la desigualdad, o la tristeza. No hay que pensar solo en la unilateralidad de la belleza para crear. Hay que comprender la totalidad.
¿En qué piensa cuando se habla de la estética andina?
En la huaca, un objeto material que miramos con nuestros ojos y que tiene algo mágico impreso en su interior. En el mundo andino se cree que la huaca tiene el poder de transformar al hombre. En ese contexto el arte no solo sería algo que se puede llevar a un museo, sino lo que permite cambiar el interior de las personas.
¿Qué caracteriza al arte intercultural?
Para entender la interculturalidad primero tenemos que entender quiénes somos como nación. Es momento de comprender que tenemos una raíz indígena y otra que viene de los conquistadores y que ninguna de las dos es mala.
El 20 de julio presentará su libro Inti Churi, ¿el libro se conecta con su experiencia de trabajo en Europa?
Inti Churi es un poemario donde hago un compendio de nuestras raíces, de nuestra indigenidad y del futuro europeo. Una publicación en la que han participado catedráticos alemanes. En la presentación que será en la Casa de la Cultura Ecuatoriana estará el catedrático de la Universidad Andina Simón Bolívar Ariruma Kowii.