Imagen referencial de los jugadores de la Universidad Católica durante un partido del campeonato nacional ante Delfín jugado en el estadio
Olímpico Atahualpa. Foto: Eduardo Teran/ EL COMERCIO
Aunque Universidad Católica se entrena en La Armenia, su mente no está en el fútbol. El volante argentino Juan Pablo Caffa admitió que es difícil concentrarse después del shock que fue estar en el país, mientras se dio el terremoto.
“No podemos dejar de pensar en lo que sucedió. Pero a la vez, es conmovedor como Ecuador y Latinoamerica se ha unido ante la desgracia”.
Para los jugadores camarattas, el piloto del avión que los trajo desde Manta fue su héroe, pues decidió no aterrizar en Manabí y condujo la aeronave hasta Quito, con la cantidad justa de combustible. “Él supo que colapsó la torre de control y que no podía aterrizar en Guayaquil ni Esmeraldas y sin decirnos nada para mantener la calma, nos regresó a Quito“, señaló el DT de Católica, Jorge Célico, quien añadió que los jugadores quieren seguir donando, mientras persista la emergencia.
“En este momento no pienso en fútbol, es un momento muy difícil, donde estamos aprendiendo del valor de la solidaridad, colaborando con dinero, ropa y comida, sin necesidad de promocionarnos en red social”, explicó el portero Hernán Galindez.
Los camarattas se contactaron con el Alcalde de Muisne, para hacerle llegar su ayuda. Según Célico, el Burgomaestre les pidió agua, granos, atún, papel higiénico, y pasta de dientes. Universidad Católica pretende enviar dos camiones hacia esta ciudad esmeraldeña. Además, la dirigencia del club tiene la intención de que sus jugadores vayan al parque Bicentenario, para que ayuden empaquetando los kits de los donativos.
Todo el plantel aceptó que la mejor decisión fue suspender el torneo, y que esperan se defina lo más pronto la situación de los clubes manabitas y de sus escenarios.
Los jugadores de Católica jugarán un amistoso este viernes con el América, para que los jugadores utilicen el fin de semana para visitar a sus familiares.