Deportivo Quito camina hacia la Serie B con la inquebrantable constancia de Forrest Gump. Y lo peor es que parece que esos 6 puntos que se llevó la FIFA (porque se los llevó, ¿no?) ya no tendrán nada que ver en el balance final: los chullas exhiben una racha tan espantosa, tan porfiadamente hacia abajo, que no se puede prever otro final, salvo alguna intervención milagrosa de algún santo varón (¿san Luchito, quizás?).
Es verdad que Barcelona obtuvo el triunfo con un penalti mal pitado.Es una injusticia. Pero también es verdad que la ‘AKD’careció de argumentos para al menos empatar ante un rival que afrontó todo el segundo tiempo tirado atrás y con 10 hombres. Fue patético que Ismael Blanco cerrara el partido como central, ayudando a Máximo Banguera con los inútiles centros que los chullas lanzaban al área. O sea, se jugó como se ha jugado desde que se fue Tabaré. Acéptenlo.
La campaña azulgrana es deplorable: es el peor local de la segunda fase (29% de eficacia) y también el peor visitante (¡10% de eficacia!). Ni siquiera ha ganado 10 cotejos en todo el año. Y su entorno no es el mejor, pues la crisis financiera amenaza al club con barrerlo, no de la Serie A, sino del fútbol. Además, desde el 2010 ningún equipo que ha estado en el último lugar del acumulado en esta fecha se salvó.
La duda ya no está en si el Quito seguirá en la Serie A, sino en cuánto le costará regresar de la B. Hará falta la misma constancia de Forrest para volver.