Anangonó, Tévez, Bedoya, Cuero… felicitan a Mosquera, autor de un gol ante Liga, el pasado domingo. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Tiene apenas 20 años, pero exhibe la madurez de un experimentado. Su capacidad de procesar las cosas, de tomarlas con tranquilidad viene, según su propia voz, de llevar una vida de adulto: Alexander Alvarado ya está casado con Valeria Calle y tiene un pequeño hijo -Thiago- de nueve meses.
Alvarado fue campeón sudamericano con la Selección Sub 20 y protagonista en el equipo que logró el tercer lugar en el Mundial de Polonia. Es una de las joyas del Aucas, pero cuando terminaron los festejos con la Tri y volvió al cuadro oriental, se encontró con la novedad de que había perdido su puesto de titular.
Al menudo y talentoso volante le tomó cinco jornadas, tras el reinicio del torneo por la Copa América, volver a tener un puesto entre los 11.
“Lo entendía perfectamente. En mi ausencia, el profesor Schurrer hizo una pretemporada, trabajó con un equipo base y no me conocía. Después, pude ganarme un puesto”, confesó, luego de un entrenamiento del cuadro oriental en el estadio Gonzalo Pozo.
El jugador entraba al cambio en sustitución de Pablo Burzio. Lo hizo en los juegos ante Emelec, El Nacional y Universidad Católica. No fue tomado en cuenta en el triunfo ante Delfín y retomó la titularidad ante Mushuc Runa y la última jornada ante Liga, en donde mostró su calidad en los duelos ante Antonio Valencia.
Como el caso del volante, el técnico Gabriel Schurrer sigue ensayando alineaciones, cambiando nombres y probando esquemas tácticos para ajustar su plantilla. Estas modificaciones han venido acompañadas de triunfos. Luego del receso del torneo, el equipo apenas perdió un partido: fue ante Emelec, por 2-1 en el estadio Capwell. El resto fueron dos empates (ante El Nacional y Universidad Católica) y tres victorias consecutivas (Delfín, Mushuc Runa y Liga).
“Ganar siempre es importante para corregir e introducir nuevas ideas con tranquilidad”, dice Schurrer. Él se hizo cargo del equipo a finales de abril y solo dirigió en tres fechas antes de la pausa por la Copa. En el receso aprovechó para poner en práctica sus planes de reingeniería.
Lo primero que hizo fue pedir a la dirigencia la contratación de seis futbolistas. De ellos, cuatro se han convertido en titulares inamovibles: el lateral Carlos Cuero, el defensa central Anthony Bedoya y los mediocampistas Marco Mosquera y Víctor Figueroa.
El entrenador trabajó con Mosquera y Cuero en el Deportivo Cuenca. Los dos no eran sus únicos conocidos en la plantilla, pues cuando dirigía al cuadro morlaco hizo debutar en Primera a Gustavo Vallecilla y a John Jairo Espinoza, campeones sudamericanos con la Tricolor, tal como el volante Alvarado.
Con los nuevos futbolistas, Aucas tomó otro aire. “Son jugadores que han llegado para aportar y que se incorporaron sin problemas al funcionamiento del equipo”, sostuvo el capitán Luis Romero.
El cuerpo técnico tenía pendiente la tarea de convencer al resto de la plantilla de su idea de juego basada en dos conceptos claves: la faceta defensiva, entendida como la capacidad para agruparse y mantener un orden para recuperar el balón, y la faceta ofensiva, para generar opciones de ataque y rematar a portería.
La ayuda del video ha sido fundamental, relata el DT. Cuando Schurrer quiere hacer correcciones individuales a un futbolista le muestra un video de sus movimientos. Se documenta todo: entrenamientos y partidos, propios y de los rivales. Hay correcciones por líneas de juego (defensas, volantes, delanteros) y de organización del grupo.
Alvarado está contento con el trabajo del cuerpo técnico y con el momento del equipo. Hoy es titular ante D. Cuenca (19:30) como visitante. Él cree que Aucas puede ir a los ‘play offs’ y pelear por las copas. Schurrer sostiene que los objetivos son factibles.