Gianluigi Buffon (izq.), Alfredo Di Stefano (cent.) y Johan Cruyff (der.) son tres figuras que no viajaron junto a sus selecciones a los mundiales. Fotos: AFP y Wikicommons
Entre nombres rutilantes que verán por televisión el Mundial de Rusia 2018 como el holandés Arjen Robben, el chileno Arturo Vidal o el galés Gareth Bale, la figura del italiano Gianluigi Buffon parece sobresalir de la marquesina. Por ser a los 39 años el mejor arquero del mundo, de acuerdo con los premios ‘The Best’ el mes pasado, y por la posibilidad trunca de batir el récord de participación en seis Mundiales, la eliminación de Italia a manos de Suecia en una de las repescas europeas que dejó a Buffon sin boleto para Rusia, provocó un impacto fuera de lo común en el mundo del fútbol.
Figuras como los españoles Iker Casillas y Sergio Ramos, el polaco Robert Lewandowski, el alemán Lukas Podolski o el argentino Paulo Dybala utilizaron las redes sociales para mandarle mensajes de apoyo, en una muestra clara del significado que tiene su ausencia para el resto de sus colegas. “Es una pena que mi último partido oficial coincidiera con el fracaso de Italia para clasificarse para la Copa del Mundo”, dijo Buffon con lágrimas en los ojos tras el partido, en una imagen que recorrió el planeta.
Lo concreto es que con 40 años -los cumple en enero- Buffon no dará el presente en el torneo, como ya le sucedió a astros del fútbol como el hispanoargentino Alfredo Di Stéfano o el holandés Johan Cruyff, aunque por diferentes motivos, además de otras estrellas internacionales a lo largo de la historia. Cuando todavía jugaba para Argentina, motivos políticos privaron a ‘Don Alfredo’ disputar los Mundiales de 1950 y 1954.
En 1958, ya con España, la ‘Furia’ no pudo superar la fase eliminatoria. Y en 1962, una lesión lo sacó del equipo, aunque acompañó al plantel al Mundial de Chile. Cruyff, en tanto, faltó a Argentina 1978, aunque los motivos nunca quedaron claros. Lo cierto es que el exentrenador del FC Barcelona se perdió ese Mundial, en el que la selección holandesa repitió el subcampeonato logrado en el torneo anterior.
En la autobiografía que se publicó tras su muerte, la causa de aquella ausencia tiene que ver con que su familia fue objeto de un intento de secuestro unos meses antes del torneo. No fueron los únicos. El holandés Marco van Basten era uno de los goleadores más temibles de Europa y conformaba un trío fantástico con sus compatriotas Ruud Gullit y Frank Rijkaard, con los que marcaría una época en el Milan, pero no pudo disputar el Mundial de México 1986, tras perder una repesca con Bélgica.
Un gol en el último minuto del búlgaro Emil Kostadinov en el Parque de los Príncipes privó al francés Eric Cantoná de jugar el Mundial de 1994, cuando era uno de los mejores futbolistas del continente con el Manchester United. Aquel 2-1 de Bulgaria cambió la historia del fútbol francés, que cuatro años después ganó en casa su único título mundial.
Antes del Mundial francés, el portugués Luis Figo brillaba en el FC Barcelona y estaba considerado uno de los mejores jugadores del mundo. Con el mediocampista Rui Costa eran los encargados de suceder a Eusebio como los héroes del fútbol luso. Sin embargo, en las eliminatorias quedaron terceros en su grupo, detrás de Alemania y Ucrania, y vieron el certamen galo por televisión.
Las clasificatorias para el Mundial 2002 volvieron a tener a Holanda como gran decepción. La camada liderada por Ruud van Nilstelrooy, letal goleador del Manchester United y luego del Real Madrid, se quedó sin ir a Corea y Japón, junto a otras figuras como Marc Overmars, Patrick Kluivert y Edgar Davids, después de terminar terceros en su grupo, por detrás de Portugal e Irlanda.
Si hubo un futbolista que marcó una época para el fútbol africano fue el liberiano George Weah, que brilló primero en el Paris Saint-Germain y después en el Milan. Tres veces lo intentó con su selección, pero siempre quedó a las puertas del Mundial.En 2002, apenas un punto lo separó del gran objetivo, a manos de Nigeria.
Algo parecido le sucedió al galés Ryan Giggs, otra estrella solitaria en una selección de escasos pergaminos. Multicampeón con el Manchester United, el extremo disputó cuatro eliminatorias, entre 1994 y 2006, sin poder llegar nunca a una Copa del Mundo.
Para el Mundial de Alemania 2006, uno de los ilustres ausentes fue el camerunés Samuel Eto’o, campeón de Europa con el FC Barcelona un mes antes del certamen. No obstante, el centrodelantero fue considerado el gran responsable de la eliminación previa de los “Leones Indombables“, después de no querer ejecutar un penal ante Egipto, que su compañero Pierre Wome terminó fallando.
Con ese gol, Camerún se habría clasificado. Los últimos dos Mundiales no tuvieron a una de las grandes estrellas del planeta en esos momentos: el sueco Zlatan Ibrahimovic. En la previa de Sudáfrica 2010, Suecia terminó tercera en su gupo detrás de Dinamarca y Portugal. Antes de Brasil 2014, una memorable repesca con los lusos también condenó al centrodelantero, que anotó dos goles, pero vio cómo Cristiano Ronaldo anotaba cuatro y le daba el pasaje a su selección.