Una de las nuevas estaciones edificadas en la av. Machala tiene grafitis y afiches. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Más de 1 000 ataques vandálicos a las nuevas paradas de buses de Quito se han registrado desde el 11 de mayo del 2018 hasta inicios del 2019. Adhesivos pegados en las paredes de vidrio, así como grafitis pintados con espray o daños producidos por ácido y objetos contundentes son los mayores problemas.
Este Diario recorrió la ciudad y encontró estaciones dañadas frente al coliseo General Rumiñahui, plaza Argentina, Shyris y Eloy Alfaro, Shyris y Bélgica, 12 de Octubre y Roca, Amazonas y Orellana, entre otras. Unas fueron pintadas con espray; otras, afectadas con ácido. Asimismo, los cristales de las paradas fueron destruidos y se pegaron pancartas publicitarias en espacios no autorizados.
Las autoridades también detectaron que, al parecer, los vidrios fueron trizados con la técnica delictiva del ‘bujiazo’. Es decir, rompen los cristales con bujías. La reparación de cada plancha de vidrio cuesta USD 800.
Los usuarios muestran preocupación por los ataques vandálicos. Gabriela Mena dice que la destrucción de las paradas es un reflejo de la falta de valores en la sociedad, no hay principios. “Tampoco hay conciencia del gasto, que bien se podría invertir en otras áreas”.
Para la usuaria Jacqueline Vásconez, “es feo ver cómo rayan y rompen los vidrios. Limpian, pero al otro día dañan”.
Frente a esa realidad, la empresa argentina Sarmiento SA, a cargo de la construcción, ha destinado cuadrillas de obreros que dan mantenimiento permanente a las 310 paradas instaladas. En total, está previsto edificar e instalar 414.
También se registran 500 daños vandálicos en las 200 pantallas publicitarias que pertenecen al mobiliario urbano. “Son las que sustentan económicamente al contrato, normalmente están asociadas a las paradas”, explica Christian Zaragocín, gerenta de Operaciones de la Empresa Metropolitana de Movilidad y Obras Pública (Epmmop).
El Municipio otorgó una segunda prórroga a Sarmiento SA para que termine de instalar las 414 paradas de buses en diferentes puntos de Quito. Se prevé que estén completamente listas hasta finales de febrero de este año.
Según Zaragocín, inicialmente estaba programado que hasta octubre del 2018 se entregaran las nuevas estaciones de buses desde Quitumbe (sur) hasta Carcelén (norte).
El contrato con la firma internacional señala que estas se construirán en cuatro fases diferentes. Hasta el momento, el 75% de las 414 ya fueron colocadas desde la av. Quitumbe Ñan hasta El Condado, en sentido sur–norte. De oriente a occidente, van desde la Mariscal Sucre hasta la Eloy Alfaro.
El contrato es de alianza público-privada por un monto de USD 30 millones por los próximos 10 años, a cambio de la explotación de la publicidad. Sin embargo, debido a las lluvias registradas en mayo, junio y julio, la Epmmop concedió la primera prórroga y se esperaba que los trabajos concluyeran en noviembre del 2018. No obstante, debido al invierno se otorgó una segunda ampliación del plazo.
El problema radica -según la Epmmop- en que con el agua no fragua el hormigón de los cimientos. La parada no queda rígida como debería.
Algunas paradas cuentan con iluminación, pero hay otras a las que les falta ese servicio. El usuario Andrés Castillo, quien se moviliza en el norte en horas de la noche, tras salir del trabajo, ha notado que en las estaciones de la av.
Naciones Unidas se encienden las luces, pero en otras no. Zaragocín explica que, según el contrato, las luces LED se instalarán luego de que se terminen de implementar las paradas. Luego se colocará el mobiliario urbano adicional, que incluye papeleras y bicicleteros.
Las 26 paradas construidas hace ocho meses en la autopista General Rumiñahui (desde El Trébol hasta el puente 9) también sufrieron actos vandálicos. Los cristales fueron afectados con piedras y palos. Otras han sido grafiteadas con aerosoles o atacadas con ácido. La obra, que estuvo a cargo del Consejo Provincial de Pichincha, costó USD 182 000.