Un policía murió en el noreste de Colombia por el ataque de un francotirador, el segundo abatido así en tres días en el convulsionado departamento de Norte de Santander, fronterizo con Venezuela, informaron este miércoles 6 de abril las autoridades.
En la tarde del martes “fue asesinado un auxiliar de policía adscrito a la estación de policía de (el municipio de) Teorama (…) en otro ataque terrorista por francotiro”, dijo en rueda de prensa el comandante regional de la Policía, coronel John Jairo Aroca.
El uniformado fallecido, identificado como Milton Méndez, de 22 años, se encontraba prestando servicio en la estación policial cuando recibió el disparo que le dejó sin vida en el acto.
El domingo, Javier Vanegas, el jefe de la estación policial de la localidad de El Tarra, también ubicada en Norte de Santander, falleció igualmente por el ataque de un francotirador.
Según el coronel Aroca, esta modalidad está siendo utilizada por grupos al margen de la ley para atentar contra policías “como consecuencia del control que ejerce la fuerza pública, con crecientes actividades operacionales” en la región.
Se han ofrecido recompensas de hasta 32 000 dólares por información que lleve a dar con el paradero de los tiradores involucrados en los ataques.
Las autoridades apuntan a que los autores de los atentados pudieran ser miembros de la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista) o del extinto Ejército Popular de Liberación (EPL).
El ELN, segunda guerrilla de Colombia con cerca de 1 500 combatientes, anunció la semana pasada el inicio de un proceso de paz con el gobierno, en paralelo al que ya avanza en Cuba con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), primer grupo rebelde del país.
Por su parte, el EPL fue disuelto en 1991 tras un acuerdo de paz con el gobierno, pero algunos guerrilleros rechazaron entregar las armas y han seguido delinquiendo de la mano de otros grupos delincuenciales.
Colombia vive un conflicto armado que ha enfrentado durante más de 50 años a guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha y miembros de la fuerza pública y deja 260 000 muertos, 45 000 desaparecidos y 6,8 millones de desplazados.