Imagen referencial. Según el diario La Tercera, el prelado decidió tomar la decisión sobre la docena de presbíteros en respuesta al reportaje de un canal de televisión emitido el viernes pasado que denunció a un grupo de sacerdotes que, entre otras prácticas, se contactaban por Internet con jóvenes menores y mantenían conversaciones de connotación sexual. Foto: Pixabay
El obispo chileno Alejandro Goic, al frente de la diócesis de Rancagua, unos 85 kilómetros al sur de Santiago, suspendió de sus funciones a 12 sacerdotes después de tomar conocimiento de “conductas impropias“, aseguró este domingo 20 de mayo de 2018 la prensa local.
Según el diario La Tercera, el prelado decidió tomar la decisión sobre la docena de presbíteros en respuesta al reportaje de un canal de televisión emitido el viernes pasado que denunció a un grupo de sacerdotes que, entre otras prácticas, se contactaban por Internet con jóvenes menores y mantenían conversaciones de connotación sexual.
El reportaje de Canal 13 hizo que incluso Goic -quien además es presidente del Consejo Nacional de Prevención de los Abusos dentro de la Iglesia chilena- leyera el sábado una declaración donde reconoce que había recibido las denuncias contra los religiosos pero que no actuó con la celeridad que ameritaban los casos.
“Reconozco (…) que actué eventualmente sin la agilidad adecuada en el proceso indagatorio del sacerdote Luis Rubio y otros presbíteros mencionados”, dijo el obispo Goic. “Debo reconocer que, en lo personal, como cristiano y pastor, me encuentro muy afectado por esta difícil situación que me duele y avergüenza”, destacó.
En la nota del canal televisivo dio su testimonio Elisa Fernández, una mujer que trabajó en la Pastoral Juvenil de Paredones, donde era párroco Luis Rubio, quien afirmó que informó en repetidas ocasiones a Goic sobre las conductas de Rubio pero el obispo solo le exigió pruebas.
Precisamente con ese objetivo, Fernández creó un perfil falso en Facebook y haciéndose pasar por un menor de edad se contactó con Rubio. Según dijo, tiempo después el religioso le envió imágenes de él desnudo y audios de contenido sexual.
La mujer sostuvo que Rubio pertenecería a una red de sacerdotes que se hacía llamar ‘La familia’ y que llevaban a cabo prácticas abusivas. Goic dijo que ahora había hecho una denuncia ante la fiscalía correspondiente y que enviaría al Vaticano todos los antecedentes de los que dispone.
“Quizás me faltó mayor diligencia para hacer una investigación, pero son temas muy delicados. Es muy distinto cuando alguien viene y me dice ‘yo fui abusado’ o ‘yo he sido una persona abusada’, entonces tengo todo un procedimiento. Esto no ocurrió”, dijo hoy el obispo de Rancagua a la cadena CNN Chile.
El escándalo que vuelve a remecer a la Iglesia chilena estalla días después que el papa Francisco se reuniera con todos los obispos chilenos y estos presentaran su renuncia al pontífice por los casos de abusos sexuales cometidos por religiosos.
Los prelados esperan ahora que Francisco confirme o rechace esas dimisiones. El escándalo surgió por el caso del obispo de Osorno, Juan Barros, acusado de encubrir e incluso presenciar los abusos sexuales cometidos por el sacerdote Fernando Karadima.
Fueron la presencia de Barros y la cerrada defensa que hizo el papa del cuestionado obispo lo que terminó ensombreciendo la visita que hizo el pontífice en enero a Chile. Sin embargo, semanas después Francisco dio marcha atrás, ordenó una investigación en Chile, invitó a tres de las víctimas de Karadima y cito a los obispos en Roma.